La inminencia de un cierre del gobierno: ¿qué consecuencias para Estados Unidos?

La cuestión de un posible cierre del gobierno comienza a ganar impulso a medida que se acerca la fecha límite del 30 de septiembre. La necesidad de financiación del gobierno federal es crucial y, a pesar de las discusiones en curso para evitar una parálisis de las operaciones gubernamentales, es esencial prepararse entre bastidores para hacer frente a esta situación.

La reciente carta del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, describe un plan para votar esta semana para evitar un cierre. Las negociaciones bipartidistas en curso parecen estar en camino de llegar a un acuerdo, salvo cambios de último momento.

Sin embargo, a medida que se acerca la fecha límite, el proceso estándar de preparación para un cierre comenzará en breve para todos los departamentos y agencias gubernamentales, según un funcionario de la administración.

Según las pautas estándar, cada departamento y agencia tiene sus propios planes y procedimientos en caso de un cierre. Estos planes determinan, entre otras cosas, el número de empleados que probablemente recibirán licencia sin goce de sueldo, los que se consideran esenciales y seguirán trabajando, así como las actividades que podrían verse interrumpidas.

Cierres anteriores provocaron el cierre de algunos parques y monumentos nacionales, amenazaron la ayuda alimentaria a los estadounidenses de bajos ingresos y provocaron retrasos en los vuelos.

En cuanto a los empleados federales, alrededor de 872.000 podrían recibir licencia sin goce de sueldo, mientras que otros 1,4 millones podrían tener que trabajar sin remuneración. Además, aproximadamente 2,1 millones de militares podrían encontrarse en la misma situación. Sin embargo, a todos los empleados federales se les garantiza que recibirán sus salarios retroactivamente, a diferencia de los contratistas.

Un cierre no es una situación favorable. Las consecuencias económicas y sociales pueden ser devastadoras y afectar a millones de vidas. Los funcionarios electos que regresen a sus distritos electorales haciendo campaña para su reelección tendrán que rendir cuentas ante sus votantes.

El aspecto político no queda fuera, con las negociaciones centradas en el proyecto de ley “SAVE Act”, apoyado por los republicanos. Este proyecto, que pretende exigir prueba de ciudadanía estadounidense para inscribirse en las listas electorales, es objeto de acalorados debates.

En conclusión, el espectro de un cierre del gobierno se cierne sobre la administración estadounidense, poniendo en riesgo a millones de personas. Es crucial que los responsables de las políticas encuentren rápidamente puntos en común para evitar una situación de este tipo que tendría importantes repercusiones en la economía y la sociedad en su conjunto.

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