El Presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, pronunció un poderoso discurso en el escenario mundial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que reflexionó sobre las luchas pasadas de su nación y abogó por la solidaridad internacional frente a las injusticias que siguen ocurriendo en todo el mundo.
Ramaphosa recordó con cariño el apoyo que recibió su país durante la batalla contra el apartheid, destacando la importancia de la unidad para lograr cambios sociales significativos. Hizo hincapié en la necesidad de que las naciones sigan cooperando para abordar cuestiones urgentes, en particular la difícil situación del pueblo palestino que afronta dificultades en Gaza.
En su discurso, Ramaphosa pidió que se tomen medidas para poner fin al sufrimiento de los civiles en zonas de conflicto como la República Democrática del Congo, Sudán, Yemen, Ucrania y la región del Sahel. Subrayó la necesidad de un Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más inclusivo y representativo para garantizar que las voces de todas las naciones sean escuchadas y consideradas en los procesos de toma de decisiones mundiales.
El Presidente de Sudáfrica también destacó la importancia de la colaboración entre las Naciones Unidas y la Unión Africana para abordar las causas profundas de los conflictos en el continente africano. Al trabajar juntas, estas organizaciones pueden buscar soluciones sostenibles y promover la paz y la estabilidad en la región.
Desde una perspectiva más amplia sobre la dinámica del poder global, el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, destacó la naturaleza cambiante de la influencia en el mundo. Criticó el estado actual de la desigualdad social y señaló que el poder ahora se mide por la capacidad de causar destrucción, en lugar de por los sistemas económicos o políticos tradicionales.
Urrego llamó la atención sobre las terribles consecuencias del capitalismo desenfrenado y la influencia desproporcionada que ejercen los individuos y las corporaciones más ricos. Subrayó la necesidad urgente de una «revolución global» que priorice la democracia y la justicia social por sobre los intereses de una élite adinerada.
El apasionado llamado al cambio del líder colombiano resonó en la audiencia, subrayando la creciente demanda de un orden global más equitativo y sostenible. Los discursos de Ramaphosa y Urrego sirven como un conmovedor recordatorio de los desafíos que enfrenta nuestro mundo y la responsabilidad colectiva que tenemos de abordarlos de manera efectiva.
Para concluir, los discursos pronunciados por los Presidentes Ramaphosa y Urrego en la Asamblea General de las Naciones Unidas arrojaron luz sobre problemas mundiales urgentes y subrayaron la necesidad de una acción colaborativa para construir un mundo más justo y equitativo para toda la humanidad.