Fatshimetrie, una mirada a la gobernanza: por John Alechenu
En un mundo donde la confianza de los ciudadanos en su gobierno es esencial, la transparencia y la lucha contra la corrupción se están convirtiendo en temas prioritarios. El llamado del Presidente Bola Tinubu en la Asamblea General de las Naciones Unidas para la condonación de la deuda de los países en desarrollo ha generado dudas significativas entre la comunidad internacional. El secretario nacional de la Conferencia de Partidos Políticos Unidos, Peter Ameh, ha subrayado que hasta que Nigeria no tome medidas concretas para luchar contra la corrupción y mejorar la vida de sus ciudadanos, no será tomada en serio.
El problema de la corrupción en Nigeria es una realidad documentada. El país ocupa el puesto 149 entre 180 países en el ranking del Índice de Percepción de la Corrupción de 2023. Este flagelo, omnipresente en la sociedad, tiene consecuencias nocivas: malversación de fondos destinados a proyectos de desarrollo, mala asignación de recursos, falta de transparencia y rendición de cuentas, lo que conduce a una falta de confianza por parte de la comunidad internacional.
Las acusaciones de enriquecimiento personal y despilfarro de fondos públicos con fines lujosos crean un clima de desconfianza hacia los líderes nigerianos. Esta imagen influye en la capacidad del país para obtener una condonación creíble de la deuda. Las consecuencias son múltiples: reducción de la cooperación internacional, acceso limitado a préstamos subsidiados, pérdida de influencia en el escenario mundial.
Para recuperar la confianza, el gobierno debe actuar. Al priorizar los proyectos de desarrollo y los programas sociales a favor de la mayoría, fortalecer las instituciones para prevenir la corrupción, aumentar la transparencia del gasto público y garantizar la rendición de cuentas de los responsables de la corrupción, Nigeria podría restaurar una imagen creíble en la escena internacional.
Es esencial que los líderes vuelvan a centrarse en los mejores intereses de los ciudadanos y pongan fin a los privilegios otorgados a una élite restringida. Sólo una voluntad política real, respaldada por acciones concretas, permitirá que el país se recupere y reclame legítimamente el alivio de la deuda.
En conclusión, la lucha contra la corrupción y la promoción de la transparencia son pilares fundamentales de toda gobernanza responsable. Nigeria tiene la oportunidad de cambiar de rumbo y emprender el camino de una gobernanza virtuosa, respetuosa de los derechos de sus ciudadanos y garante del interés general.