Ghana, conocida por su riqueza natural y su excepcional diversidad ambiental, enfrenta hoy una crisis sin precedentes. La minería ilegal, también conocida como Galamsey, ha sumido al país en una espiral de destrucción ambiental que amenaza no sólo la biodiversidad, sino también la seguridad hídrica y la productividad agrícola.
Las desgarradoras imágenes de esta catástrofe ambiental revelan un paisaje devastado, alguna vez exuberante y fértil, ahora transformado en desolación. Masas de agua contaminadas, tierras de cultivo áridas y bosques destruidos son testimonio de la magnitud de los daños causados por la minería ilegal.
La Compañía de Agua de Ghana (GWCL) ha dado la voz de alarma, señalando que el 60% de los principales ríos del país han sido contaminados por actividades mineras, lo que ha provocado una grave escasez de agua. Las instalaciones de tratamiento de agua se ven abrumadas por niveles de turbidez que promedian 14.000 NTU, superando con creces su capacidad de 2.000 NTU.
Ante esta situación crítica, una coalición de diversos actores de la sociedad ghanesa (organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, medios de comunicación y líderes religiosos) está instando al gobierno a tomar medidas urgentes. Exigen la declaración del estado de emergencia en las zonas afectadas, el despliegue de fuerzas de seguridad para expulsar a los mineros ilegales de las vías fluviales y la revocación inmediata de las licencias mineras.
El Dr. Kenneth Ashigbey, portavoz de la Coalición de Ghana contra Galamsey, subraya la urgencia de la situación y afirma: «Cuando vas a la guerra y envenenas el agua del enemigo, se considera un crimen de guerra. Pero aquí la gente está envenenando su propia agua y los líderes no responden. Esto es una crisis y el presidente debe actuar ahora”.
Albert Kwabena Dwumfour, presidente de la Asociación de Periodistas de Ghana, añadió pidiendo al gobierno que despliegue el ejército en las zonas afectadas y cancele todas las autorizaciones mineras en zonas protegidas de biodiversidad.
Mientras Ghana se prepara para un bloqueo nacional para abordar esta apremiante crisis, la atención se centra en que el gobierno responda de manera decisiva tomando las medidas necesarias para frenar la degradación ambiental que amenaza la seguridad del agua y la productividad agrícola del país.
Las imágenes de este desastre ambiental son un llamado a la acción, un llamado a la conciencia colectiva y a la implementación de soluciones concretas para preservar el futuro de este magnífico país y sus habitantes. Es hora de actuar, proteger nuestros preciosos recursos naturales y construir un futuro sostenible para las generaciones venideras.