La intensa batalla legal entre el expresidente Donald Trump y la justicia estadounidense da un nuevo giro con la audiencia de apelación que se celebrará este jueves en Nueva York. En el centro de los debates está la sentencia de 454 millones de dólares por fraude civil que Trump busca que se anule.
Hay mucho en juego, sobre todo porque estos procedimientos legales se superponen con una campaña presidencial que está llegando a su clímax. Además de la apelación por fraude civil, los abogados de Trump recientemente abogaron por la anulación de la condena en el caso penal de Nueva York, por interferencia federal en las elecciones de Washington, D.C., y por el veredicto por difamación obtenido por E. Jean Carroll, todo en el espacio de apenas un mes.
En el centro del caso de fraude civil, el juez estatal Arthur Engoron dictaminó en febrero que Trump, sus hijos Donald Trump Jr. y Eric Trump y su empresa eran responsables de fraude, tergiversación financiera y falsificación de documentos comerciales. El magistrado concluyó que Trump y los demás acusados sobreestimaron el valor de los activos del expresidente para poder obtener préstamos y seguros en condiciones más favorables.
Es de destacar que no se espera que Trump esté presente en la audiencia del jueves, ya que en abril ya pagó una fianza de 175 millones de dólares durante el período de apelación.
La suma inicial de 354 millones de dólares estuvo acompañada de 100 millones de dólares en intereses devengados desde que se dictó la sentencia en febrero. Los intereses continúan acumulándose a una tasa de casi 112.000 dólares por día durante el período de apelación, y la cantidad ahora supera los 478 millones de dólares, según una fuente familiarizada con el asunto.
Además del aspecto financiero, la audiencia del jueves permitirá a los abogados de Trump hablar sobre el juicio de 11 semanas celebrado el otoño pasado, durante el cual el expresidente a menudo estuvo en desacuerdo con el juez. En su sentencia, el juez Engoron destacó la “total falta de arrepentimiento y remordimiento” de Trump y sus coacusados, llegando incluso a calificar su actitud de “casi patológica”.
Los abogados de Trump plantearon varios argumentos legales antes de la audiencia, incluido que la sanción financiera impuesta era inconstitucional y que la mayoría de los cargos contra Trump deberían haber prescrito debido a su edad. También cuestionan los errores que creen que se cometieron durante el juicio inicial.
El procedimiento de apelación podría tener importantes repercusiones en el presente caso. Aquí está en juego la tradición de una justicia estadounidense ejemplar, y el resultado de esta prueba legal podría ser decisivo para la imagen y el resto de la carrera de Donald Trump, particularmente a medida que se acerca el período electoral..
Así, este drama legal continúa acaparando la atención, poniendo de relieve las luchas de poder y los problemas financieros que rodean al expresidente y sus asuntos. Se espera con impaciencia la decisión del tribunal de apelaciones, pero lo más probable es que no marque el final de este tumultuoso capítulo de la historia política estadounidense reciente.