El sector del cacao, esencial para muchos países productores, se encuentra hoy ante un gran desafío: cumplir con la normativa europea sobre deforestación. En el centro de esta cuestión está la solicitud de los países productores de beneficiarse de un período adicional de dos años para implementar los sistemas necesarios para este cumplimiento. Un desafío importante, ya que se acerca rápidamente la fecha límite de enero de 2021 para su entrada en vigor.
Ante exigencias técnicas complejas, como la geolocalización de las parcelas y el establecimiento de un sistema de trazabilidad en profundidad, los países productores subrayan que los plazos actuales no son realistas. De hecho, a menos de 100 días de la fecha límite, el sistema aún no está operativo, poniendo en peligro el acceso de los pequeños productores al mercado europeo. Por lo tanto, apresurar la implementación de este reglamento correría el riesgo de debilitar un sector que ya está gravemente perturbado.
Para evitar estas consecuencias dañinas, los países productores piden una revisión de los plazos, solicitando dos años adicionales para implementar las medidas necesarias. Esta demanda cuenta con el apoyo de varias partes interesadas clave de la industria, incluida la Asociación Europea del Chocolate, que reconocen la necesidad de apoyo técnico y financiero para garantizar una transición fluida hacia el cumplimiento.
Es esencial que la Unión Europea tenga en cuenta estas demandas legítimas y apoye a los países productores en esta transición. Un apoyo financiero y técnico adecuado no sólo garantizaría el cumplimiento de las regulaciones sobre deforestación, sino que también preservaría los medios de vida de los plantadores locales. De hecho, es esencial encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente y el apoyo a las comunidades que dependen del cultivo del cacao para sus ingresos.
En última instancia, la cuestión de la deforestación en el sector del cacao no puede abordarse de forma aislada. Requiere un enfoque global, que involucre a los diferentes actores de la cadena de suministro, desde los productores hasta los consumidores. Promoviendo una transición gradual y poniendo en marcha las herramientas necesarias, es posible garantizar un suministro sostenible de cacao preservando al mismo tiempo los frágiles ecosistemas que lo rodean.