Fatshimetrie, 26 de septiembre de 2024 – Evaluar los primeros 100 días de un gobierno para medir su proactividad y eficacia es una tradición bien establecida, a menudo vista como un indicador del desempeño político. Sin embargo, esta práctica plantea interrogantes sobre su relevancia en un contexto tan complejo como el de la República Democrática del Congo.
Las repetidas solicitudes de evaluación del gobierno de Suminwa por parte de “políticos expertos en Seguimiento-Evaluación” ponen de relieve un debate esencial sobre la naturaleza misma de esta evaluación. ¿Es realista esperar resultados convincentes en tan poco tiempo en un país con desafíos colosales y múltiples problemas?
Ejemplos pasados de proyectos grandiosos lanzados con pompa pero dejados sin terminar, o de infraestructura inaugurada apresuradamente que resulta ser de mala calidad, resaltan la necesidad de un enfoque más reflexivo y sostenible para la gestión de los asuntos públicos. Las prisas no siempre son el mejor consejero.
El gobierno de Suminwa debe tomarse el tiempo necesario para analizar exhaustivamente los problemas del país, identificar soluciones apropiadas e implementarlas de manera efectiva y sostenible. Es esencial priorizar la calidad de las acciones emprendidas sobre la cantidad y evitar decisiones impulsivas dictadas por un calendario políticamente motivado.
La responsabilidad que recae sobre el gobierno es inmensa y la búsqueda de soluciones rápidas y superficiales no puede ser suficiente para responder a los desafíos estructurales y económicos del país. Festina prestada: el adagio romano nos invita a avanzar con constancia y reflexión, más que con prisas y agitación.
Para llevar a cabo su programa de acción y responder a las expectativas de los ciudadanos congoleños, el gobierno ha elaborado un presupuesto importante, prueba de su voluntad de trabajar por el interés general. Las acciones llevadas a cabo entre bastidores, lejos de los focos mediáticos, dan fe del rigor y la determinación necesarios para afrontar los desafíos que se plantean.
En última instancia, la evaluación de los primeros 100 días de un gobierno no debe reducirse a una simple formalidad política, sino más bien ser una oportunidad para reflexionar profundamente sobre las direcciones y prioridades a seguir para construir un futuro mejor para todos los ciudadanos congoleños. El tiempo y la reflexión son los mejores aliados para acciones sostenibles y significativas.