Fatshimetrie – El ex vicegobernador del gobierno del estado de Edo, camarada Philip Shaibu, planea invadir la Casa de Gobierno el lunes 30 de septiembre de 2019. El anuncio genera serias preocupaciones y plantea dudas sobre la estabilidad política de la región. Si bien se ha presentado una apelación de suspensión que cuestiona la decisión del juez J. K. Omotosho, Shaibu parece decidido a forzar su regreso al poder.
La situación es tanto más preocupante cuanto que los intentos anteriores de Shaibu de acceder por la fuerza a la Casa de Gobierno ya han provocado la muerte de un agente de policía. Este trágico precedente sirve como recordatorio de los riesgos asociados con acciones tan radicales y plantea preocupaciones sobre las implicaciones de otro intento de uso de la fuerza.
El asesor especial del gobierno del estado de Edo, Crusoe Osagie, ha hecho un llamamiento urgente al inspector general de la policía y a todos los nigerianos de buena voluntad para que impidan a Shaibu llevar a cabo sus insidiosos planes. Es crucial evitar a toda costa un escenario de caos y anarquía, especialmente en el contexto actual de tensión política.
Los abogados del gobierno actuaron rápidamente enviando correspondencia al IGP y a otras partes interesadas, solicitando la suspensión de cualquier acción relacionada con la ejecución de la sentencia del juez J. K. Omotosho en espera de una decisión sobre la suspensión de la ejecución. Hicieron hincapié en que debe prevalecer el mantenimiento del orden público y la paz pública, para evitar cualquier posible desvío que pueda poner en peligro la ya tensa situación en la ciudad de Benin y el estado de Edo.
La necesidad de preservar la integridad del proceso judicial y evitar cualquier acción que pueda alterar el orden público es primordial en este caso. Es imperativo que todas las partes asuman responsabilidad y actúen responsablemente para garantizar la seguridad y la estabilidad de la región.
En conclusión, la situación que se vislumbra en el horizonte requiere una acción concertada y equilibrada por parte de todas las partes interesadas. La paz y la estabilidad del estado de Edo no deben verse comprometidas en nombre de intereses políticos personales. Es hora de que prevalezcan la razón y la prudencia, por el bien de todos los ciudadanos del Estado y de la nación en su conjunto.