La escuela Neema, una escuela protestante situada en el distrito Kalumbi de la ciudad de Kalemie, ha atravesado una situación difícil en los últimos días. De hecho, las lluvias torrenciales provocaron inundaciones que invadieron las aulas, imposibilitando el acceso de estudiantes y profesores. Esta situación obligó a la escuela a tomar medidas urgentes, incluida la reubicación de sus actividades a un nuevo sitio.
Actualmente, la Escuela Neema funciona en un local cedido por la Universidad Piloto de Kalemie, donde se han puesto a disposición seis aulas. Sin embargo, estas salas presentan desafíos en términos de espacio y condiciones adecuadas para un ambiente de aprendizaje óptimo. Los estudiantes hablaron de las dificultades encontradas, mencionando la falta de espacio y el desorden de las aulas, que comprometen su capacidad de concentración y asimilación de las lecciones.
El prefecto de estudios del complejo escolar de Neema también compartió su experiencia, destacando las precarias condiciones laborales que enfrenta. Sin oficina, se ve obligado a trabajar al aire libre, expuesto a las inclemencias del tiempo, con un equipamiento mínimo que no cubre las necesidades esenciales para desempeñar eficazmente sus funciones.
Estos problemas no son exclusivos de la escuela Neema, ya que otras escuelas de la región de Kalemie también han sufrido inundaciones provocadas por las aguas del lago Tanganyika. Las escuelas primarias como Neema y Fatuma, así como los institutos Lac y Lukenta, se han visto obligadas a buscar soluciones alternativas para garantizar la continuidad de las clases ante esta situación de emergencia.
Las autoridades locales y las partes interesadas pertinentes deben movilizar recursos y esfuerzos adicionales para satisfacer las necesidades de las escuelas afectadas y garantizar condiciones de aprendizaje adecuadas para estudiantes y profesores. Es esencial implementar medidas preventivas y planes de contingencia para hacer frente a los desastres naturales y proteger la infraestructura educativa contra tales crisis en el futuro.
En última instancia, la situación de las escuelas inundadas en Kalemie resalta la importancia de la resiliencia y la adaptabilidad en el sector educativo, así como la necesidad de una acción colectiva para garantizar un entorno de aprendizaje seguro y propicio para el éxito de los estudiantes.