Las celebraciones del 64º aniversario de la independencia de Nigeria se han visto empañadas por un manto de corrupción y pobreza generalizadas, según el Centro de Derechos Humanos y Educación Cívica (CHRICED). Si bien el 1 de octubre debería haber sido una ocasión para celebrar el progreso de Nigeria desde su independencia del colonialismo británico en 1960, el director ejecutivo de CHRICED, Ibrahim Zikirullah, destacó los continuos desafíos de la corrupción y la pobreza, que obstaculizan el desarrollo del país.
Ha puesto de manifiesto la omnipresencia de la corrupción en todos los niveles de gobierno, socavando la confianza pública y obstaculizando una gobernanza eficaz. Nigeria ocupa actualmente el puesto 154 entre 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. Mientras tanto, la tasa de pobreza del país también ha aumentado: más de 90 millones de nigerianos viven por debajo del umbral de pobreza.
CHRICED destacó que la pobreza ha exacerbado problemas sociales como el desempleo, la desigualdad y la inseguridad. La organización pidió al gobierno federal que tome medidas concretas para combatir la corrupción y la pobreza, incluido el fortalecimiento de las agencias anticorrupción, el aumento de la transparencia y la implementación de políticas para reducir la desigualdad económica.
Zikirullah dijo: “El nigeriano común y corriente ha pagado y continúa pagando el máximo sacrificio de muerte y sufrimiento causado por el liderazgo disfuncional y totalmente equivocado de la nación. Por todo lo que queda en nuestro país, el crédito siempre debe volver al hombre y a la mujer común y corriente. y la juventud de este país.»
Señaló que la visión de una Nigeria próspera, floreciente y segura se ha convertido en una aspiración lejana, eclipsada por una sombría realidad que contrasta marcadamente con los principios de la verdadera independencia.
Este Día de la Independencia debería inspirarnos a responsabilizar a nuestros líderes de sus promesas y exigir cambios tangibles que mejoren las vidas de los ciudadanos comunes. Este es un momento para reflexionar sobre los sacrificios hechos por quienes lucharon por nuestra libertad y honrar su legado luchando por una nación donde cada individuo pueda prosperar. Debemos canalizar nuestra determinación colectiva para crear un futuro en el que todos sientan la alegría de la independencia, no sólo unos pocos privilegiados.
Por lo tanto, inspirémonos en estas palabras para hacer resonar nuestra voz y actuar por el cambio en nuestro país, por una Nigeria libre de corrupción y pobreza, donde reine la igualdad y la justicia.