“Fatshimetrie: Los taxistas de Kinshasa luchan por conseguir combustible”
En las concurridas calles de Kinshasa, el transporte en taxi está en pleno apogeo, pero una sombra se cierne sobre esta actividad esencial: el suministro de combustible. Los taxistas, taxis y motociclistas que circulan por la línea Beau-Marché-Ex-24 de Novembre expresan su frustración por las dificultades encontradas para obtener combustible en esta región, antaño bulliciosa con el rugido de los motores.
Una serie de testimonios recogidos ponen de relieve un problema importante: la escasez de combustible en las gasolineras locales. Los conductores señalan una supuesta retención de existencias, atribuida a la rebaja del precio del litro de combustible decidida por el gobierno. Algunos conductores incluso dicen que se ven obligados a pagar sobornos a los encargados del surtidor para obtener combustible, una práctica que complica aún más su ya precaria vida cotidiana.
Ante esta alarmante situación, se hace un llamamiento urgente al gobierno para que intervenga y resuelva este problema que no sólo obstaculiza la movilidad de los habitantes de Kinshasa sino que también afecta a la economía local. Los conductores exigen medidas concretas para garantizar un suministro de combustible fluido y justo, sin prácticas corruptas que perturben el proceso de compra.
Emery Mbatshi Bope, presidente de la Asociación de petroleros privados de la República Democrática del Congo, condenó enérgicamente las prácticas de los encargados de los surtidores que exigen sobornos, subrayando que no hay justificación para retener existencias. La decisión de bajar el precio del combustible se tomó en consulta con el gobierno y cualquier intento de manipular el mercado va en contra de los intereses de la población.
Según el decreto del Ministro de Economía Nacional del 3 de octubre, el precio del litro de gasolina se fija en 2.990 francos congoleños, mientras que el diésel se vende en 2.979 francos congoleños. Estos precios deberían beneficiar a la población en general, pero la realidad sobre el terreno muestra una situación mucho más compleja, donde la corrupción y las prácticas ilícitas comprometen el acceso al combustible de los trabajadores viales.
Es imperativo que se adopten rápidamente medidas para remediar esta crisis de suministro de combustible en Kinshasa. La fluidez del transporte es un pilar esencial del funcionamiento de la ciudad, y cualquier obstáculo a este nivel corre el riesgo de debilitar aún más la economía local y la vida cotidiana de los residentes. Las autoridades deben actuar con determinación y transparencia para garantizar un suministro de combustible sin trabas ni prácticas ilegales, con el fin de preservar la integridad del sector del transporte en Kinshasa y el bienestar de su población.