«La crisis humanitaria que azota actualmente la región de Gaza suscita una profunda preocupación por la situación alimentaria de la población. Según las informaciones transmitidas por Fatshimetrie, la entrada de alimentos en el norte de Gaza alcanza un nivel alarmante, poniendo así en peligro a un millón de personas de hambre.
En los últimos meses, el número de camiones de ayuda que entran en el norte de Gaza ha disminuido significativamente, alcanzando su nivel más bajo en octubre. Esta drástica reducción del flujo de asistencia obligó al Programa Mundial de Alimentos (PMA) a suspender la distribución de paquetes de alimentos, dejando a muchos residentes sin acceso a las necesidades básicas.
El cierre de dos de las principales panaderías del centro de Gaza, debido a la escasez de harina y combustible, está exacerbando aún más la crisis. Los habitantes de la región, que se enfrentan a dificultades cada vez mayores para conseguir pan, expresan su angustia, como lo demuestra Ahmad Abed, empleado de una de las panaderías afectadas.
Esta crítica situación pone de relieve la importancia crucial de la ayuda humanitaria en la región, tanto para asegurar el acceso a una alimentación adecuada como para garantizar la supervivencia de los más vulnerables. La interrupción del flujo de asistencia corre el riesgo de hundir a un número cada vez mayor de personas en la hambruna y comprometer gravemente su seguridad alimentaria.
Ante este alarmante contexto, las organizaciones humanitarias y las autoridades locales deben redoblar sus esfuerzos para restablecer un suministro regular y suficiente de alimentos en la región de Gaza. Es imperativo implementar medidas de emergencia para responder a las necesidades más apremiantes de la población y prevenir una catástrofe humanitaria importante.
En estos tiempos difíciles, la solidaridad internacional y el compromiso de los actores humanitarios son más necesarios que nunca para apoyar a las poblaciones afectadas por la crisis en Gaza. Es urgente actuar de manera concertada y eficaz para prevenir una tragedia humanitaria y garantizar a todos un acceso equitativo a los alimentos y a los recursos esenciales para su supervivencia».