La creación de la Conferencia Nacional de la Juventud, anunciada por el Presidente Bola Tinubu, suscita vivos debates y reacciones divergentes entre la población. Mientras algunos saludan esta iniciativa como un paso en la dirección correcta, otros expresan preocupaciones sobre la participación y representatividad de los delegados que participarán.
Una de las principales demandas provenientes de este último grupo es la necesidad de una representación inclusiva, enfatizando la liberación inmediata de los manifestantes detenidos y su integración como delegados a esta conferencia. Esta medida se considera esencial para dar credibilidad y legitimidad a la Conferencia entre la población.
Los críticos también señalan la necesidad de garantías respecto de la implementación de las resoluciones y recomendaciones emitidas durante esta Conferencia, destacando fracasos del pasado donde los informes de ejercicios anteriores quedaron relegados al olvido.
El período de 30 días durante el cual se celebrará la Conferencia Nacional de la Juventud, anunciado por el Presidente Tinubu durante su discurso del Día de la Independencia, pone de relieve la importancia otorgada a la juventud en la construcción de un futuro mejor para el país. Esta plataforma pretende ser un espacio de diálogo constructivo que permita a los jóvenes contribuir activamente a la construcción nacional, abordando cuestiones como la educación, el empleo, la innovación, la seguridad y la justicia social.
Sin embargo, es necesario que las modalidades de esta Conferencia, así como el proceso de selección de delegados, se desarrollen en estrecha consulta con los representantes de la juventud para garantizar una representación diversa y equitativa. Además, es imperativo que las aspiraciones y preocupaciones de los jóvenes ocupen un lugar central en los debates y que las autoridades tengan realmente en cuenta y apliquen las recomendaciones resultantes.
Este proyecto de Conferencia Nacional de la Juventud se produce en un contexto marcado por recientes manifestaciones y demandas populares, en particular los movimientos #EndBadGovernance y #FearlessInOctober. Es fundamental escuchar la voz de los jóvenes, generar un diálogo inclusivo y constructivo y alentar la participación de las generaciones más jóvenes en la construcción de un futuro mejor para Nigeria.
En conclusión, la celebración de esta Conferencia Nacional de la Juventud representa una oportunidad única para promover el compromiso ciudadano, la participación democrática y la consideración de las aspiraciones de la juventud nigeriana en la construcción de un futuro común y próspero. Ahora corresponde a las autoridades garantizar que este ejercicio democrático se lleve a cabo de manera transparente e inclusiva y traiga un cambio real para el país.