La presunción de inocencia, pilar esencial de cualquier sistema judicial justo, a menudo se ve socavada por prácticas que traicionan los principios fundamentales de la justicia. El Fiscal General Firmin Mvonde, en posición firme durante la ceremonia de reapertura judicial, señaló las múltiples violaciones de este sagrado principio durante la instrucción de los expedientes judiciales.
Recordemos primero la evolución histórica de la presunción de inocencia, consagrada en importantes textos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este principio fundamental garantiza los derechos esenciales de cada individuo, estableciendo reglas de procedimiento estrictas. Por tanto, la duda siempre debe beneficiar al acusado y la carga de la prueba recae en el fiscal. Estas reglas no son quimeras, sino la base de una justicia justa.
Sin embargo, Firmin Mvonde destaca los abusos de determinadas prácticas, tanto por parte de los jueces de instrucción como de los agentes de la policía judicial. Denuncia los prejuicios en la investigación de los casos, llegando incluso a presentar a los acusados como culpables por parte de determinados agentes. Estas prácticas, contrarias a los valores esenciales de la presunción de inocencia, contaminan el carácter imparcial y equitativo de la justicia.
El Fiscal General no se queda ahí en sus críticas. Señala los ataques a este principio sagrado en las redes sociales, espacio para todos los excesos y todos los juicios apresurados. La difusión de rumores y prejuicios en línea destruye la reputación de las personas antes de que puedan siquiera recibir un juicio justo.
Por lo tanto, es imperativo recordar a todos los involucrados en la justicia, ya sean magistrados, abogados, agentes de policía o ciudadanos comunes, la importancia crucial de respetar la presunción de inocencia. Este frágil equilibrio entre el respeto de los derechos de los inocentes y la búsqueda de la verdad no puede verse comprometido por prácticas irresponsables y juicios apresurados.
Por lo tanto, corresponde a todos garantizar que la presunción de inocencia siga siendo un pilar intangible de nuestro sistema judicial, garantizando a todos un juicio justo que respete los derechos fundamentales. Sólo esta vigilancia constante permitirá preservar la integridad y la legitimidad de la justicia y prevenir cualquier forma de abuso o injusticia.