Armas de fuego perdidas o robadas por entidades estatales en Sudáfrica: un peligro creciente

En un panorama marcado por cuestiones cruciales de seguridad pública, la cuestión de las armas de fuego perdidas o robadas por entidades estatales en Sudáfrica plantea grandes preocupaciones. Se estima que cada año se pierden o roban aproximadamente 1.800 armas de fuego pertenecientes a 502 entidades estatales, lo que alimenta el mercado ilícito y termina en manos de delincuentes.

Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje de estas pérdidas es reportado por la policía, que junto con las fuerzas de defensa nacional poseen menos del 30% del total de armas de fuego de propiedad estatal. Esta brecha en la notificación de pérdidas de armas de fuego por parte de entidades estatales, como destacó la investigadora Jenni Irish-Qhobosheane durante un seminario reciente, es una observación sorprendente y alarmante.

El análisis realizado por la Secretaría Civil de la Policía, que abarca las pérdidas registradas entre 2003 y 2013, revela una cifra elocuente: 18.000 armas de fuego se perdieron durante esta década. Estas cifras son aún más sorprendentes cuando observamos un aumento en el número medio de asesinatos relacionados con armas de fuego en Sudáfrica, pasando de 23 por día en el ejercicio 2021/2022 a 34 en la actualidad.

Si bien el ingreso ilegal de armas de fuego desde fronteras internacionales ha disminuido, el investigador señala que el origen de armas de fuego ilícitas dentro del país es un problema mucho más preocupante. El caso de las armas perdidas o robadas de los almacenes de pruebas de la policía es revelador, con el ejemplo revelador de la comisaría de policía de Norwood, donde 178 armas desaparecieron misteriosamente y sólo salieron a la luz durante una investigación sobre un robo.

Además, el fraude relacionado con la emisión de permisos de armas a figuras del crimen organizado y las disfunciones del Registro Central de Armas de Fuego representan otros desafíos importantes. Estas cuestiones, ilustradas por los casos legales en curso, subrayan la urgencia de una acción concertada para contrarrestar el tráfico y el uso ilegal de armas de fuego en Sudáfrica.

Si bien se están realizando esfuerzos para recuperar armas de fuego perdidas o robadas, incluidas las 63.500 armas civiles entre 2013 y 2023, la tasa de recuperación es relativamente alta. Por otro lado, la tasa de recuperación de armas de fuego perdidas o robadas por la policía es significativamente menor, lo que deja dudas sobre su destino final.

En última instancia, la pérdida o el robo de armas de fuego por parte de entidades estatales representa un desafío importante para la seguridad pública en Sudáfrica. Las lagunas en la notificación de estos incidentes, el fraude asociado a los permisos de armas y el mal funcionamiento de los registros subrayan la necesidad de una acción inmediata y coordinada para frenar este flagelo y garantizar la seguridad de los ciudadanos.

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