Después de 64 años de independencia, Nigeria siempre ha sido enigmática. Considerada la nación negra más grande del mundo, lleva dentro de sí las esperanzas y aspiraciones de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su innegable potencial, Nigeria aún tiene que alcanzar el estatus de nación desarrollada con el que soñaron sus padres fundadores.
Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo, destaca esta expectativa universal durante su discurso conmemorativo con motivo del 90 cumpleaños del general Yakubu Gowon. Subraya el papel crucial de Nigeria en el desarrollo de todo un continente y pide una transformación deslumbrante del país para dar un nuevo impulso al desarrollo africano.
Adesina destaca ejemplos elocuentes como la rápida evolución de Arabia Saudí y su influencia en los Emiratos del Golfo, o el dinamismo de Alemania y Reino Unido a la hora de impulsar a Europa hacia la prosperidad. También destaca el papel impulsor de China, Japón y Corea del Sur en el crecimiento asiático.
Para África, el presidente del Banco Africano de Desarrollo insiste en la necesidad de una transformación radical de Nigeria. Pide la erradicación de la pobreza, una lacra que afecta a una gran parte de la población, especialmente en las zonas rurales abandonadas. La lucha contra la pobreza, fuente de muchos males sociales como la delincuencia o la drogadicción, debe ser una prioridad absoluta para garantizar un futuro mejor para las generaciones futuras.
Adesina también analiza la importancia de la educación, la salud, la protección social y el empleo juvenil para restaurar la estabilidad económica del país. Destaca la urgencia de tomar medidas para abordar las crisis de seguridad que afectan a muchas comunidades, al tiempo que enfatiza el imperativo de reducir el número de niños sin escolarizar.
En conclusión, el discurso de Akinwumi Adesina destaca la urgente necesidad de que Nigeria acelere su desarrollo y cumpla su destino como locomotora de África. El futuro del continente depende en gran medida de la capacidad de Nigeria para emerger como una nación desarrollada y próspera, capaz de inspirar y elevar a otros países africanos hacia nuevos horizontes de éxito y prosperidad.