Asamblea Nacional en la República Democrática del Congo: el debate sobre el aumento de diputados en el centro de las críticas

La Asamblea Nacional de la República Democrática del Congo llamó recientemente la atención por la decisión de incluir 513 diputados nacionales en su propuesta de presupuesto para 2025, en lugar de los 500 previstos por la Constitución. Esta acción fue motivada por una recomendación de la Unión Interparlamentaria Africana, sin embargo, fue fuertemente criticada por el Centro de Investigación en Finanzas Públicas y Desarrollo Local (CREFDL) que denunció una violación de la ley.

Según el CREFDL, mantener el número de diputados nacionales en 513, mientras la Constitución fija la cifra en 500, es un incumplimiento de las normas establecidas. Esta observación ya había sido mencionada en un informe de control publicado el pasado mes de mayo, pero las cifras controvertidas se integraron una vez más en el proyecto de ley de finanzas para el ejercicio 2025.

La cuestión de los 13 diputados adicionales fue objeto de debate, y la oficina de la Asamblea Nacional argumentó que estos cargos electos fueron rehabilitados tras una decisión de la Unión Interparlamentaria Africana. Estos diputados habían sido invalidados por el Tribunal Constitucional durante la legislatura anterior. Así, su reintegración en el presupuesto de 2025 está motivada por esta recomendación internacional.

El CREFDL también señaló las asignaciones presupuestarias consideradas excesivas a favor de instituciones como el Parlamento. Se ha criticado especialmente el fondo de intervención especial, que representa la mayor línea de crédito gestionada por ambas cámaras del Parlamento. Esta línea presupuestaria asciende a $181 millones para la Asamblea Nacional y $65,1 millones para el Senado, totalizando así $246 millones.

La cuestión del presupuesto parlamentario es una cuestión crucial para la transparencia y eficacia de la gobernanza pública. Es esencial que los recursos asignados a las instituciones se utilicen de manera responsable y de acuerdo con los principios democráticos. En un contexto en el que la gestión financiera de las autoridades públicas está sujeta a control, es esencial que las decisiones presupuestarias se tomen legalmente y garantizando al mismo tiempo un uso óptimo de los fondos públicos.

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