El rostro de la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, mostró una feroz determinación cuando se cerraron las urnas y se anunciaron en Chisinau los resultados del referéndum sobre la constitucionalización del objetivo de unirse a la Unión Europea. Las cifras iniciales sugerían una victoria del «no», pero parece que se ha producido un cambio de rumbo en el último momento gracias a los votos de la diáspora.
Ante estos resultados tan ajustados, Maia Sandu habló de un “ataque sin precedentes a la democracia”, señalando a grupos criminales que actúan en concierto con fuerzas extranjeras que se oponen a los intereses nacionales moldavos. En un contexto de inestabilidad e incertidumbre, la presidenta afirmó su determinación de no dejarse intimidar.
Mientras que el «no» parecía ganar con el 52% de los votos después del escrutinio de más del 92% de los votos, el «sí» todavía podía esperar invertir la tendencia gracias a los votos de los expatriados proeuropeos. Al mismo tiempo, Maia Sandu ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 38% de los votos, pero el 3 de noviembre tendrá que enfrentarse a un oponente inesperado, Alexandr Stoianoglo, apoyado por los socialistas prorrusos.
El resultado incierto de este referéndum y de las elecciones presidenciales pone de relieve las cuestiones cruciales para el futuro de Moldavia, en busca de una dirección clara entre la UE y Rusia. Maia Sandu, figura emblemática de la lucha contra la corrupción y ferviente defensora de la integración europea, ve su posición debilitada por estos resultados dispares.
En un contexto geopolítico tenso, Moldavia se encuentra en una encrucijada entre las aspiraciones proeuropeas y las influencias prorrusas. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales promete ser crucial, con la perspectiva de una victoria incierta de Maia Sandu contra un oponente que reúne los votos de una oposición diversa.
Si bien el destino de este país en rápida evolución se juega en un contexto de luchas políticas y cuestiones internacionales, el futuro de Moldavia sigue siendo impredecible. Los moldavos tendrán que tomar una decisión crucial para su país, entre la continuidad y el cambio, entre el proeuropeismo y el acercamiento con Rusia.