El 22 de octubre tuvo lugar una escena impactante frente a la gobernación de la provincia de Kivu del Norte. Los concejales municipales de la ciudad de Goma expresaron su consternación ante una dolorosa realidad: 10 meses ejerciendo sus funciones sin la más mínima remuneración. Un grito del corazón, un llamado de ayuda lanzado por funcionarios electos abrumados por condiciones laborales inaceptables.
Los concejales municipales de los municipios de Karisimbi y Goma se reunieron para reclamar sus derechos, legítimamente adquiridos durante las elecciones de 2023. Les cuesta entender por qué, a pesar de su inversión y dedicación, permanecen en la sombra, olvidados de la maquinaria administrativa. Los atrasos salariales se acumulan, los costes de instalación y funcionamiento siguen siendo teóricos y se espera con impaciencia el ansiado reconocimiento.
El presidente del consejo municipal de Goma, Bruce Tambwe Mukenyezi Ngwasi, llevó la voz de sus pares con fuerza y dignidad. Abogó por una remuneración justa y por unas condiciones de trabajo dignas, acordes con las responsabilidades que les incumben. Estos funcionarios electos, muchos de ellos impulsados por un espíritu de sacrificio y servicio, se encuentran en un callejón sin salida, frente a una realidad implacable.
Ante la indiferencia de las autoridades provinciales, los concejales municipales decidieron hacerse oír. Organizaron una sentada, un testimonio conmovedor de su angustia y su determinación. Pero su lucha no termina ahí: también exigen la organización de elecciones para alcaldes, tenientes de alcalde y concejales urbanos. Una exigencia legítima, un derecho fundamental que se les niega.
Más allá de las exigencias financieras, los funcionarios electos aspiran a reunirse con la autoridad provincial para compartir sus preocupaciones e inquietudes. La situación de seguridad que prevalece actualmente en Goma, capital de Kivu del Norte, requiere una movilización colectiva y una sensibilización urgente. Los concejales municipales, garantes del interés general, desean contribuir a construir un futuro mejor, pero necesitan el apoyo y el reconocimiento de quienes ostentan los poderes.
En última instancia, la manifestación de los concejales municipales de Goma revela una realidad inquietante: funcionarios electos dedicados pero olvidados, servidores de la ciudad relegados a las sombras de la indiferencia. Su lucha por el reconocimiento y la justicia resuena como un llamado a la solidaridad y la responsabilidad colectiva. Es hora de tender la mano a quienes trabajan por el bien común, de reconocer su valor y su compromiso. Porque el verdadero progreso se construye entre todos, con respeto a todos y justicia para todos.
Josué Mutanava, por Fatshimetrie