Fatshimetry – El preocupante ascenso de los volcanes Nyiragongo y Nyamulagira en Goma: ¿qué dice la ciencia?
Desde hace varios días, el Observatorio Volcanológico de Goma (OVG) llama la atención sobre la actividad sismovolcánica de los volcanes Nyiragongo y Nyamulagira, situados en el este de la República Democrática del Congo. Esta región, ya debilitada por años de crisis y presiones ambientales, enfrenta una gran amenaza por parte de sus volcanes activos.
Según los últimos informes del OVG, la actividad sísmica-volcánica aumenta constantemente entre estos dos volcanes, con una concentración especialmente elevada alrededor del cráter del volcán Nyamulagira. Este aumento de potencia se ha vuelto más preocupante con el movimiento de esta actividad hacia la superficie, lo que indica un probable fortalecimiento de la erupción actual. Las cifras son alarmantes: se ha registrado un aumento significativo del dióxido de azufre emitido por el volcán Nyiragongo, mientras que las mediciones geodésicas han revelado una expansión de las fracturas en el flanco sur del mismo volcán.
La OVG alerta de la presencia de dióxido de carbono, comúnmente conocido como «Mazuku», un gas extremadamente peligroso para la población. Considerado responsable de varias muertes en los alrededores de Goma, este gas mortal debe tomarse en serio, especialmente durante este período de lluvias. Los expertos recomiendan evitar zonas con alta concentración de “Mazuku” para prevenir cualquier riesgo para la salud de los residentes.
Ante esta amenaza inminente, la OVG está intensificando sus esfuerzos de vigilancia y prevención, pidiendo a la población que actúe con precaución y respete las instrucciones de seguridad. Es imperativo asegurar los equipos y equipos desplegados en el terreno para anticiparse a cualquier eventualidad. En este contexto de mayor vulnerabilidad, es fundamental que las autoridades regionales e internacionales coordinen sus acciones para proteger a las poblaciones expuestas.
En conclusión, la situación sísmica y volcánica en Goma es crítica y requiere una vigilancia constante. Los riesgos de grandes erupciones y daños ambientales son muy reales y es responsabilidad de todos actuar con precaución y determinación. El futuro de la región depende en gran medida de nuestra capacidad para anticipar y gestionar estos devastadores fenómenos naturales. La ciencia nos alerta para tomar las medidas necesarias para salvaguardar nuestras vidas y nuestro medio ambiente.