La muerte del ex primer ministro nigerino Hama Amadou, a la edad de 74 años, el pasado jueves en Niamey, la capital del país, sumió a la nación en el luto. Amadou, una figura política importante, fue Primer Ministro dos veces, primero de 1995 a 1996 y luego de 1999 a 2007. Además, fue Presidente del Parlamento entre 2011 y 2014, dejando un legado políticamente importante.
Procedente del partido Movimiento Nacional para la Sociedad de Desarrollo (MNSD), Amadou fundó el partido Movimiento Democrático Nigerino para una Federación Africana en 2009. Su compromiso político le llevó a presentarse varias veces a la presidencia de Níger, sin conseguir nunca llegar al poder supremo.
Su carrera política estuvo marcada por pruebas difíciles, incluidas estancias en prisión. En 2009, fue encarcelado en una prisión de alta seguridad acusado de malversación de fondos, cargos que finalmente fueron desestimados. En 2015, fue encarcelado nuevamente en relación con un caso de tráfico ilegal de niños desde Nigeria, un cargo que, según dijo, tenía motivaciones políticas.
A pesar de estos juicios, Amadou siguió ejerciendo una gran influencia política. En 2016, mientras aún estaba en prisión, el Tribunal Constitucional lo autorizó a presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de marzo del mismo año, donde quedó en segundo lugar.
Después de abandonar el país durante algunos años, Amadou regresó a Níger tras el golpe de Estado de julio de 2023 contra el régimen vigente. Se mantuvo alejado de la escena política hasta su muerte.
Los medios locales informan que el funeral oficial de Amadou fue organizado por el Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP) el viernes por la mañana. Fue enterrado en presencia de sus familiares y amigos, en su ciudad natal de Youri, en el oeste de Níger.
La tumultuosa vida política de Hama Amadou dejó una huella indeleble en el panorama político de Níger. Su compromiso con la democracia y la unidad africana seguirá siendo un legado precioso para las generaciones futuras. Su muerte marca el fin de una era, pero su influencia perdurará en el tiempo.