En el conflictivo teatro de operaciones de la República Democrática del Congo, las fuerzas de paz de la ONU, que debían abandonar el país en diciembre, permanecen por el momento en el lugar debido a la violencia persistente, mientras los rebeldes del M23 continúan su ofensiva.
El gobierno del país dice que se ha fijado un nuevo plazo para su salida.
Reporteros de Associated Press visitaron una base de la ONU no lejos del frente, donde las fuerzas de paz dicen que están protegiendo a cientos de miles de personas desplazadas.
Sam Mednick, de Associated Press, dijo: «La misión de la ONU ha estado allí durante más de 20 años con la tarea de proteger a la población, pero muchos congoleños sienten que nada ha cambiado desde su llegada y que nadie los defiende adecuadamente».
Es difícil saber quién sustituirá a las fuerzas de paz una vez que se hayan ido.
Más de 120 grupos armados compiten por tierras y recursos minerales en el este del país.
La violencia ha obligado a alrededor de 7 millones de personas a abandonar sus hogares.
En esta red compleja y caótica, las cuestiones políticas y sociales se mezclan, creando un clima de inestabilidad propicio a conflictos y éxodos masivos de la población. Mientras los actores locales e internacionales no logren encontrar soluciones duraderas, la región seguirá sumida en el caos y el sufrimiento de poblaciones inocentes.