Fatshimetrie: otra tragedia en la localidad nigeriana de Sabon-Lugbe
El fin de semana pasado, la tragedia volvió a afectar a la ciudad de Sabon-Lugbe, un suburbio de la capital nigeriana, Abuja. De hecho, un edificio se derrumbó, provocando la muerte de al menos siete personas, según la policía. Este edificio, ubicado en un barrio ya parcialmente demolido, se vio aún más debilitado por saqueadores que buscaban metales reciclables.
Josephine Adeh, portavoz de la policía de Abuja, dijo que cinco personas fueron rescatadas de los escombros el domingo. Desafortunadamente, este tipo de tragedias por derrumbe de edificios se están volviendo cada vez más comunes en Nigeria, con más de una docena de incidentes similares registrados en los últimos dos años. Las autoridades suelen señalar con el dedo la falta de respeto de las normas de seguridad en la construcción y la falta de mantenimiento de las infraestructuras.
Nigeria, el país más poblado de África, registró 22 derrumbes de edificios entre enero y julio de este año, según el Consejo Regulador de Ingeniería de Nigeria. En julio pasado, una escuela de dos pisos se derrumbó en la zona centro-norte del país, provocando la muerte de 22 estudiantes. La Academia Saints, ubicada en la comunidad de Busa Buji, en el estado de Plateau, se derrumbó poco después de la llegada de los estudiantes, muchos de los cuales tenían menos de 15 años.
Esta serie de trágicos incidentes plantea serias dudas sobre la seguridad de los edificios en Nigeria y la necesidad de aplicar estrictamente las normas de construcción. Es imperativo que las autoridades refuercen los controles e inspecciones para evitar más desastres de este tipo. La vida de los ciudadanos no debe verse comprometida por infraestructuras defectuosas y peligrosas. Nigeria debe actuar rápidamente para garantizar la seguridad de todo su pueblo.