El caso de la reina de belleza Chidimma Adetshina, ahora coronada Miss Universo Nigeria, ha suscitado un acalorado debate sobre la cuestión de la nacionalidad tras el anuncio del Departamento del Interior de Sudáfrica de que sería despojada de su identidad sureña -africana y de sus documentos de viaje. .
Las repercusiones de esta decisión han planteado cuestiones cruciales sobre la ciudadanía, la pertenencia y la identidad en Sudáfrica.
La historia comenzó cuando Miss Adetshina, una estudiante de derecho, llegó a la final del concurso Miss Sudáfrica. Sin embargo, su elegibilidad pronto fue criticada debido a su padre nigeriano y su madre mozambiqueña, aunque ella afirma haber nacido y crecido en el municipio sudafricano de Soweto.
En agosto, se retiró del concurso después de que las autoridades revelaran que su madre podría haber cometido «robo de identidad» para obtener la ciudadanía sudafricana.
Mientras algunos cuestionaron su identidad, otros la apoyaron, hablaron contra la intolerancia y resaltaron sus raíces sudafricanas.
Tras esta reacción, Miss Adetshina aceptó una invitación para competir en Nigeria y ganó el título de Miss Universo Nigeria.
Mientras se prepara para representar a Nigeria en el certamen de Miss Universo en México el 16 de noviembre, el gobierno sudafricano ha finalizado su decisión de revocar sus documentos de identidad, diciendo que ella y su madre no han dejado de demostrar su elegibilidad para conservar la ciudadanía.
Tommy Makhode, un alto funcionario del Departamento del Interior de Sudáfrica, anunció el despido el martes, explicando que el caso había pasado a los Hawks -una unidad policial especial responsable de investigar delitos graves- y había sido descrito como un «caso de fraude». Las autoridades ahora están esperando acciones adicionales de la fiscalía.
En una declaración anterior, Adetshina subrayó que se considera «orgullosamente sudafricana» y «orgullosamente nigeriana», expresando una doble identidad que ha apreciado durante toda su vida. Mientras se prepara para representar a Nigeria en el escenario internacional, las preguntas sobre su identidad, ciudadanía y herencia intercultural única siguen sin respuesta.