El llamado urgente de los países en desarrollo a aumentar la financiación para la biodiversidad

En la COP16 sobre biodiversidad en Colombia, los países en desarrollo pidieron una mayor financiación para proteger la naturaleza, pero las discusiones estuvieron marcadas por desacuerdos persistentes con los países desarrollados. Están en juego los ambiciosos objetivos fijados por el acuerdo Kunming-Montreal, con diferencias sobre cómo movilizar fondos. A medida que la conferencia llega a su fin, los ojos se dirigen al clima de la COP17 en Bakú, destacando la importancia de la colaboración internacional para abordar los desafíos de la biodiversidad.
**Fatshimetrie**: Un llamado urgente de los países en desarrollo para aumentar la financiación para la biodiversidad

El último día de la COP16 Biodiversidad, celebrada en Colombia, estuvo marcado por una tensión palpable en torno a la financiación de la protección de la naturaleza. Si bien los países desarrollados y en desarrollo han estado enfrentados sobre la cuestión financiera desde que se inició la cumbre, la situación no ha evolucionado significativamente.

El presidente de la conferencia colombiana destacó los complejos desafíos que enfrentaron las partes, instando a cada una a comprometerse para llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso. A pesar de las intensas reuniones bilaterales y los esfuerzos de mediación, las discusiones estuvieron marcadas por bloqueos persistentes.

El acuerdo Kunming-Montreal, adoptado hace dos años, fija objetivos ambiciosos para proteger el planeta y su biodiversidad. En particular, planea aumentar la financiación para la naturaleza a 200 mil millones de dólares por año, con el compromiso de los países desarrollados de proporcionar 30 mil millones de dólares por año para 2030. Sin embargo, la forma de movilizar estos fondos y distribuirlos sigue siendo un importante punto de controversia.

Los países en desarrollo piden la creación de un nuevo fondo, bajo la autoridad de la COP, para facilitar el acceso a la financiación, mientras que los países ricos subrayan la importancia de la participación del sector privado y de los países emergentes. Esta divergencia de puntos de vista pone de relieve las complejas cuestiones relacionadas con la distribución de los recursos necesarios para proteger la biodiversidad global.

A medida que la COP16 llegaba a su fin, las miradas ya se dirigían hacia el futuro, en particular hacia la COP17 sobre el clima prevista para Bakú. Los países deberán continuar sus esfuerzos y fortalecer su colaboración para lograr los ambiciosos objetivos establecidos por los acuerdos internacionales.

Al mismo tiempo, se están llevando a cabo discusiones para establecer un mecanismo para compartir los beneficios generados por el uso de los recursos genéticos de la biodiversidad. Cuestiones cruciales relativas al reconocimiento de los pueblos indígenas como guardianes de territorios naturales ricos en biodiversidad también son objeto de intenso debate.

En un contexto donde la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad amenazan nuestro planeta, es imperativo que los países encuentren soluciones concertadas y sostenibles para garantizar la preservación de la naturaleza y la protección de las especies vivas. Los tiempos apremiantes y lo que está en juego exigen una mayor solidaridad mundial y una acción inmediata para garantizar un futuro viable para las generaciones futuras.

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