La subida de las aguas del lago Alberto a principios de 2024 plantea un verdadero desafío para las poblaciones locales de los territorios de Irumu, Djugu y Mahagi, en la provincia de Ituri. Las consecuencias de este fenómeno natural ya se están sintiendo significativamente, impactando tanto en el aspecto socioeconómico como en la actividad pesquera tradicional que constituye una parte esencial de la vida local.
Más de un centenar de campamentos de pesca costera se han visto afectados por esta subida del nivel del agua, un fenómeno que afecta no sólo a los habitantes sino también a los ingresos del Estado congoleño. Robert Ndjalonga, coordinador de protección civil en Ituri, subraya la urgencia de una respuesta adecuada por parte de las autoridades y los socios humanitarios para mitigar los impactos de esta crisis ambiental.
En la región de Joo, situada en la jefatura de Bahema Nord, en Djugu, la actividad comercial está gravemente perturbada, con una gran parte del territorio sumergida en agua en un 90%. Ante esta alarmante situación, la liberación de zonas de riesgo en la costa parece una medida necesaria para evitar mayores daños y pérdidas.
La localidad de Kasenyi, en el territorio de Irumu, también se ve muy afectada por la subida del nivel del agua, con consecuencias desastrosas para sus habitantes. Se siente más que nunca la necesidad de una acción rápida y coordinada para ayudar a las poblaciones afectadas y limitar los daños materiales y humanos.
La comunidad internacional y las instituciones nacionales deben aunar esfuerzos para brindar asistencia efectiva a las víctimas de este desastre natural. La emergencia ambiental que se avecina en la provincia de Ituri pone de relieve la fragilidad de los ecosistemas lacustres y la vulnerabilidad de las poblaciones que dependen de ellos. Es imperativo actuar rápidamente para prevenir nuevas crisis y proteger a las comunidades afectadas por los caprichos de la naturaleza.