Una tragedia sacudió la ciudad de Baalbek en septiembre de 2024, dejando atrás los vestigios de la historia devastada por un ataque aéreo israelí. En el centro de este drama se encuentran las antigüedades romanas, testigos silenciosos de un pasado glorioso, ahora amenazado por los conflictos modernos.
La arqueóloga Joanne Farchakh Bajjali, consternada por los recientes acontecimientos, expresa su preocupación por los daños causados al aparcamiento del templo de Júpiter, situado cerca de las antiguas ruinas de Baalbek. Los parlamentarios libaneses, por su parte, piden ayuda a la UNESCO para proteger estos preciosos sitios históricos de los ataques israelíes.
El ataque israelí tuvo como objetivo el aparcamiento del templo romano, a pocos metros de los templos de Baco y Júpiter, sin causar daños visibles a primera vista. Sin embargo, el gobernador de la región teme las posibles consecuencias para los monumentos históricos y destaca la importancia de realizar inspecciones exhaustivas para evaluar los daños internos.
Lamentablemente, otros edificios se vieron afectados, como el edificio Menchiyé de la época otomana, reducido a escombros, y el hotel Palmyra, lleno de historia y recuerdos, dañado por el ataque. Estas pérdidas materiales reflejan un ataque más profundo, el de la memoria de un pueblo y su patrimonio cultural.
El gobernador de Baalbek denuncia esta «guerra contra la historia» liderada por los israelíes, subrayando que la historia y la cultura del Líbano están en peligro. Recuerda que incluso durante los períodos de guerra pasados, el patrimonio cultural libanés se había preservado, a diferencia de la situación actual.
Los diputados libaneses alertan a la Unesco sobre la urgencia de la situación y piden la protección de estos tesoros culturales amenazados por los ataques israelíes. El Festival Internacional de Baalbek pide también a las organizaciones internacionales que salvaguarden este emblemático sitio arqueológico, testigo de 11.000 años de historia.
El presidente del festival destaca la importancia de proteger estos restos fenicios, romanos y árabes, y advierte de los posibles daños que provocarán los continuos ataques al antiguo yacimiento. Cada hora que pasa podría poner en peligro este patrimonio excepcional, lo que exige una rápida movilización por parte de la UNESCO para evitar su inminente destrucción.
En estos tiempos de conflicto y destrucción, es esencial preservar la memoria colectiva y los testigos del pasado para las generaciones futuras. El mundo debe unirse para proteger estos tesoros históricos y culturales, símbolos de la humanidad y su diversidad.