Detención con mano dura en Kinshasa: fuertes reacciones tras la detención de Delly Sesanga

La brutal detención de Delly Sesanga en Kinshasa por la Policía Nacional Congoleña durante una actividad de sensibilización contra la revisión de la Constitución suscitó indignación. L
La brutal detención de Delly Sesanga en Kinshasa por la Policía Nacional Congoleña este jueves 14 de noviembre provocó la indignación del partido político Envol y de la sociedad civil. El evento tuvo lugar durante una actividad para concientizar a la población contra la revisión o cambio de la constitución.

L’Envol denunció la fuerte intervención de la policía que dispersó a los activistas de la plataforma «Patriotic Sursaut» en la avenida Bongolo. Delly Sesanga, presidenta nacional de Envol, fue arrestada en compañía de otra personalidad femenina en la plataforma.

Esta detención plantea dudas sobre el respeto de las libertades fundamentales y los derechos de la oposición en la República Democrática del Congo. Los actos de violencia y represión contra actores políticos y la sociedad civil son inaceptables en una democracia emergente.

Es fundamental que las autoridades congoleñas garanticen la seguridad y la protección de los derechos de todos los ciudadanos, independientemente de sus opiniones políticas. Debe preservarse el respeto a la libertad de expresión y el derecho a la protesta pacífica para construir una sociedad democrática e inclusiva.

Los acontecimientos de hoy también plantean dudas sobre la legitimidad de las acciones de las fuerzas del orden y resaltan la necesidad de un enfoque que respete los derechos humanos en el mantenimiento del orden público. La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos deben estar alerta y exigir la protección de las libertades individuales en todas las circunstancias.

En conclusión, la detención de Delly Sesanga en Kinshasa pone de relieve los persistentes desafíos en materia de respeto de los derechos fundamentales en la República Democrática del Congo. Este evento debe ser una oportunidad para fortalecer el diálogo y la cooperación entre los actores políticos y la sociedad civil para construir un futuro democrático que respete los derechos humanos de todos los ciudadanos congoleños.

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