Pandillas tomando Solino: Caos y violencia en Puerto Príncipe, Haití

El barrio de Solino en Puerto Príncipe, Haití, enfrenta una escalada de violencia de pandillas, lo que obliga a los residentes a huir de sus hogares. La reciente violencia política ha contribuido al aumento de las pandillas, poniendo en peligro la seguridad de los residentes. Esta situación crítica pone de relieve la urgencia de tomar medidas para restablecer la estabilidad y la seguridad en Haití.
**Pandillas tomando el control del barrio de Solino en Puerto Príncipe, Haití**

La situación en Solino, un distrito de la capital haitiana, Puerto Príncipe, se ha vuelto crítica en los últimos días. La zona, que alguna vez estuvo al margen de las pandillas, fue atacada recientemente, lo que obligó a los residentes a huir de sus hogares.

La violencia estalló en Puerto Príncipe tras la destitución y sustitución del primer ministro interino de Haití, en medio de disputas políticas y acusaciones de corrupción contra miembros de un consejo de transición encargado de restaurar el orden democrático en Haití.

En medio del caos político, una mujer entre las que tuvieron que abandonar sus hogares dijo que no había claridad sobre dónde podían encontrar un refugio seguro. A pesar de su instalación temporal en Puerto Príncipe, teme que las pandillas ataquen los refugios temporales.

Haití no ha celebrado elecciones desde 2016, en gran parte debido a la violencia de las pandillas. La coalición Viv Ansanm y otros grupos aprovechan momentos de caos político para tomar el poder, como ocurrió recientemente en Solino.

Las bandas también perturbaron el tráfico aéreo disparando contra varios aviones e hiriendo a un miembro de la tripulación del vuelo. Las Naciones Unidas registraron 20 enfrentamientos armados en un solo día en Puerto Príncipe y estiman que las pandillas controlan el 85% de la ciudad.

Esta situación crítica pone de relieve la urgencia de tomar medidas para restablecer la seguridad y la estabilidad en Haití. Los residentes de Solino y otros vecindarios deben poder vivir sin temor a ataques de pandillas y disfrutar de un futuro pacífico y próspero.

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