La fatshimetría de los negociadores globales se está desarrollando actualmente en Bakú, Azerbaiyán, donde la cuestión principal radica en la financiación de los países en desarrollo para la transición a la energía limpia, la adaptación al cambio climático y la gestión de los desastres naturales.
Los expertos estiman que se necesitaría casi 1 billón de dólares, mientras que los países en desarrollo han citado la necesidad de 1,3 billones de dólares en financiación climática.
Sin embargo, los negociadores no sólo discuten los importes, sino también los diferentes tipos de financiación, que van desde subvenciones hasta préstamos e inversiones privadas, formando un todo complejo.
Independientemente de la forma de financiación, el Ministro de Medio Ambiente de Irlanda, Eamon Ryan, subrayó que sería imperdonable que los países desarrollados se retiraran de la mesa de negociaciones sin un compromiso firme con los países en desarrollo.
«Necesitamos llegar a un acuerdo aquí», dijo. «Necesitamos proporcionar financiación, especialmente a los países en desarrollo, y darles la seguridad de que no serán excluidos, que serán el centro del escenario».
El enviado especial para el clima de Kenia, Ali Mohamed, dijo que la mayoría de los países en desarrollo están de acuerdo en que el financiamiento climático debería alcanzar los 1,3 billones de dólares. Una cifra similar a la propuesta la semana pasada por expertos independientes de la ONU.
«Esperamos que nuestros socios en los países desarrollados se unan a nosotros para enfrentar este desafío con honestidad y compromiso», dijo Mohamed.
También expresó su preocupación por el hecho de que, a medida que se prolongan las negociaciones, la gente siga muriendo o siendo desplazada por las crisis climáticas en todos los rincones del mundo.
Esta situación pone de relieve la urgencia de una acción concertada y decidida para garantizar una financiación adecuada para que los países en desarrollo enfrenten los desafíos del cambio climático. Ahora es imperativo que los países desarrollados asuman responsabilidad y actúen en solidaridad para abordar la crisis climática global.