Tierras fértiles sepultadas bajo el agua, cultivos devastados y poblaciones afectadas por esta catástrofe natural: este es el triste panorama que pintan las recientes inundaciones que azotaron la región de Mbanza-Ngungu, situada en la provincia de Kongo Central. Más de 1.000 hectáreas de cultivos diversos fueron destruidas durante la noche del 21 al 22 de noviembre, tras las lluvias torrenciales que cayeron sobre la región.
Las tierras devastadas fueron explotadas para el cultivo de mandioca, maíz, maní, plátanos, así como otros cultivos de huerta como tomates, berenjenas y cebollinos. En los valles de los ríos Nkokozi y Nvuazi, cerca de una treintena de aldeas se vieron afectadas por estas inundaciones, lo que sumió a los residentes en una situación de angustia.
Victor Nzuzi Mbembe, actor del desarrollo local, expresa con amargura las consecuencias perjudiciales de estas inundaciones recurrentes para los agricultores de la región. Estos trágicos acontecimientos no sólo empobrecen a los agricultores, sino que también provocan un aumento de los precios de los productos agrícolas en los mercados locales. La situación es tanto más alarmante cuanto que estas inundaciones se producen al comienzo del año agrícola, perturbando así las actividades agrícolas esenciales.
Lamentablemente, estas inundaciones no son un fenómeno nuevo para la población de Mbanza-Ngungu, que ya había sufrido situaciones similares varias veces el año pasado, sin recibir ayuda de las autoridades. En enero pasado, casi 2.000 hectáreas de cultivos fueron devastadas por las inundaciones, dejando a los agricultores en total desorden.
Por tanto, parece esencial considerar soluciones sostenibles para prevenir este tipo de desastres en el futuro. La implementación de sistemas de riego, como diques y presas, es esencial para proteger las tierras cultivables y las poblaciones locales de inundaciones devastadoras. Es imperativo que las autoridades locales y nacionales tomen medidas concretas para apoyar a los agricultores y garantizar su seguridad alimentaria frente a estos fenómenos climáticos cada vez más frecuentes y destructivos.