La angustia rodea a los 700.000 refugiados sudaneses que huyeron a Chad para escapar de la violencia entre el ejército sudanés y las fuerzas paramilitares. Con la esperanza de regresar a casa, se encuentran en un callejón sin salida, inseguros sobre su futuro.
Para refugiados como Ousmane Taher, regresar sanos y salvos a su país es una ilusión. «En Sudán hay un problema. No hay seguridad, no hay estabilidad. Vinimos aquí como refugiados en Chad y queremos regresar a casa, revisar nuestras casas y quedarnos allí. Este es nuestro problema. Sin seguridad, es difícil tener hijos. , una familia y como la seguridad no está garantizada, nos quedaremos aquí hasta que regresemos a nuestro país, inchallah», confiesa.
Las organizaciones humanitarias temen no tener recursos suficientes para apoyar a estos refugiados en Chad y piden más financiación. «Lo que más me preocupa es la falta de fondos. Si no tenemos suficientes fondos y el flujo de población sudanesa aumenta aquí hacia Chad, añadiendo más presión a la ya tensa situación, se podría provocar una hambruna», subraya Ramazani Karabaye, jefe de operaciones del Programa Mundial de Alimentos en Adré.
Fleur Pialoux, coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras, teme que la situación no mejore pronto. «Sabemos que la población aquí depende casi por completo de la ayuda alimentaria y esto no es algo sostenible. Como el conflicto en el otro lado no mejora, e incluso empeora mientras hablamos, lamentablemente anticipamos que habrá gente aquí. por un tiempo”, explica.
El centro de salud gestionado por Médicos Sin Fronteras en un lugar de desplazamiento en Chad ha registrado varias muertes infantiles este año debido a la desnutrición, lo que ilustra la actual crisis humanitaria.
Las imágenes de los refugiados sudaneses en Chad dan testimonio de su desesperación y vulnerabilidad. Su futuro sigue siendo incierto, su destino pende de un hilo a la espera de días mejores. Esperemos que la comunidad internacional responda a este llamado de ayuda y brinde apoyo esencial para aliviar el sufrimiento de estos refugiados marcados por el conflicto.