A principios de 2025, Akinwumi Adesina dejará la presidencia del Banco Africano de Desarrollo (BAfD) tras una década al frente de esta institución clave para el desarrollo económico del continente. Su mandato, destinado a reflejar el ascenso de África y hacer realidad su potencial, estuvo marcado por grandes desafíos y avances significativos que sientan las bases de un futuro más prometedor para el continente.
Durante su participación en el Foro de Inversión en África celebrado en Rabat, Adesina pidió una cooperación reforzada de los donantes, con el BAfD en una posición de liderazgo, para estimular la inversión y promover el desarrollo económico en África. Esta visión colectiva es esencial para afrontar los desafíos actuales y aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece el continente.
En su discurso ante una audiencia de inversores de diversos orígenes, Adesina destacó las perspectivas de crecimiento que ofrece el mercado africano de alimentación, agricultura e infraestructura. Destacó el papel crucial que desempeñará África en la transición energética global, gracias a sus abundantes recursos naturales, como el platino, el cobalto y el litio, necesarios para fabricar baterías para vehículos eléctricos.
Sin embargo, a pesar de estos activos, África sigue enfrentando grandes desafíos, particularmente con respecto al procesamiento de sus materias primas en el continente, la cuestión de la minería sostenible y el acceso a la energía para cientos de millones de africanos. Adesina reconoce estos desafíos y enfatiza la necesidad de implementar políticas e inversiones adecuadas para estimular el desarrollo económico de una manera inclusiva y sostenible.
La gobernanza del BAfD, bajo la presidencia de Adesina, ha sido objeto de críticas y controversias, pero su compromiso de fortalecer la institución y movilizar recursos para apoyar el desarrollo de África ha sido incuestionable. Su defensa de una calificación africana independiente, el éxito de la histórica ampliación de capital del BAfD y la innovación financiera implementada para fortalecer las capacidades de la institución son pruebas de su determinación de hacer avanzar el continente.
Mientras el BAfD se prepara para elegir un nuevo presidente en mayo, tras la partida de Adesina, el desafío es mantener el rumbo de la transformación económica de África y garantizar la continuidad de los esfuerzos emprendidos. La salida de Adesina marca el fin de una era, pero también abre nuevas perspectivas y oportunidades para la institución y el continente en su conjunto.