**Fatshimetria**
La operación para limpiar el derrame de petróleo del Mar Negro estaba en pleno desarrollo en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia. Una catástrofe medioambiental sin precedentes está sacudiendo la costa tras el hundimiento de los barcos Volgoneft 239 y Volgoneft 212, cargados con más de 9.200 toneladas de fueloil. Los expertos estiman que alrededor de 3.700 toneladas de fueloil se derramaron en el mar, provocando una auténtica catástrofe ecológica.
Imágenes de satélite han revelado que la fuga de petróleo continúa extendiéndose peligrosamente hacia la costa. Cientos de voluntarios y socorristas se movilizan para intentar limitar los daños y limpiar las playas contaminadas por este derrame de petróleo. A pesar de los esfuerzos realizados, aún queda por evaluar la magnitud de los daños y las consecuencias para la fauna y la flora marinas.
Este desastre pone de relieve la urgencia de reforzar las medidas de seguridad marítima y el control del transporte de productos petrolíferos. También plantea cuestiones esenciales sobre la protección del medio ambiente y la responsabilidad de las compañías navieras en caso de contaminación. Las autoridades locales y las organizaciones de protección del medio ambiente hacen sonar la alarma y piden acciones concretas para prevenir desastres de este tipo en el futuro.
Este triste episodio nos recuerda la fragilidad de nuestros ecosistemas y la necesidad de preservar nuestros océanos y mares. Destaca los desafíos que enfrentamos en términos de preservación ambiental y desarrollo sostenible. Esperemos que esta tragedia sirva de lección y nos anime a reforzar las medidas para proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.