La película “Bad Language” plantea un tema profundo sobre la percepción de la lengua árabe en Francia y destaca las cuestiones sociopolíticas que la rodean. Nabil Wakim destaca el malestar y a veces incluso la vergüenza que sienten algunos franceses de origen árabe ante la idea de hablar su propia lengua, el árabe. Esta delicada situación es el resultado de una representación negativa de la lengua, vinculada a la historia colonial y a la cuestión de la inmigración árabe en Francia.
La controversia que rodea la enseñanza del árabe es indicativa de prejuicios persistentes. De hecho, a pesar de que el árabe es la segunda lengua más hablada en Francia, sólo el 3% de los colegios y escuelas secundarias ofrecen cursos de árabe, para unos 14.000 estudiantes, es decir, el 1% de la población. Esta subrepresentación de la lengua árabe en el sistema educativo francés refleja una cierta falta de conciencia de su riqueza cultural y lingüística.
El reto consiste pues en democratizar la enseñanza del árabe en Francia, sacándola del marco elitista en el que a menudo se encuentra enclaustrada. Es esencial comprender que el árabe no es sólo una lengua religiosa, sino que tiene una rica historia y una diversidad lingüística y cultural. En este sentido, el árabe debe ser valorado y celebrado por su contribución a la diversidad lingüística de Francia.
Además, es necesario romper los estereotipos asociados a la lengua árabe y promover una visión más inclusiva y diversa de la francofonía. El árabe no debe verse como una amenaza, sino como una fuente de enriquecimiento cultural y de apertura al mundo.
En definitiva, ha llegado el momento de reconocer el valor social y cultural de la lengua árabe en Francia y de promover su enseñanza de una forma más amplia y accesible. Esto no sólo nos permitirá reconectarnos con nuestras raíces y nuestra historia, sino también promover el diálogo intercultural y construir una sociedad más inclusiva y abierta a la diversidad lingüística.