El número especial de actualidad Fatshimetrie informó recientemente sobre una serie de tragedias en eventos benéficos navideños en Nigeria, que dejaron al menos 67 muertos durante la semana pasada, muchos de ellos niños. Estas tragedias han puesto de relieve la difícil situación de las familias que enfrentan la peor crisis de costo de vida que el país haya visto en décadas.
Uno de los hechos más trágicos tuvo lugar en el estado de Oyo, donde al menos 35 niños perdieron la vida el pasado miércoles. A esto se suman las muertes en el estado de Anambra y Abuja, donde más de 1.000 personas se concentraron en busca de ropa y alimentos.
La magnitud de estas tragedias revela la creciente precariedad en la que se encuentran muchas familias en Nigeria. La actual crisis económica se atribuye en gran medida a las políticas gubernamentales destinadas a ahorrar dinero y atraer inversores, lo que ayudó a elevar la tasa de inflación al 34,6%, un máximo de 28 años. Al mismo tiempo, la moneda nacional, el naira, se está depreciando bruscamente frente al dólar.
Según la oficina nacional de estadísticas del gobierno, al menos el 63% de los más de 210 millones de habitantes de Nigeria viven en la pobreza. La creación de empleo sigue siendo un desafío importante, y los intentos de enfrentar las dificultades a menudo son reprimidos draconianamente por las fuerzas de seguridad. En agosto pasado, más de 20 personas fueron asesinadas por ellos durante protestas a nivel nacional.
“Hay hambre en Nigeria. Todo nigeriano necesita comida”, dijo una mujer con los ojos llorosos a la televisión local Arise después de la estampida en Abuja. Ahora, la comida se ha vuelto inasequible para la mayoría de los nigerianos, lamentó Cheta Nwanze de SBM Intelligence, una firma de investigación con sede en Lagos. Según un estudio de la empresa de 2022, alrededor del 97% de los nigerianos gastan hasta el 63% de sus ingresos en alimentos, una cifra que probablemente haya aumentado desde entonces.
El caos y la tragedia que han marcado los recientes eventos benéficos también ponen de relieve los desafíos de seguridad. Las ciudades de todo el país se enfrentan a movimientos de multitudes que son cada vez más difíciles de contener, alimentados por la angustia de las poblaciones. Los organizadores de este tipo de eventos, a menudo centrados en la distribución de bienes benéficos, descuidan con demasiada frecuencia los aspectos de seguridad, subraya Ademola Adetuberu, de la empresa de seguridad Barricade Executive Protection.
Aunque el gobierno nigeriano está comprometido a responder a estas tragedias, el cumplimiento de las regulaciones existentes a menudo resulta complejo. Los nigerianos, que se enfrentan a condiciones cada vez más difíciles, se encuentran en un estado de necesidad cada vez mayor, lo que los empuja a arriesgar sus vidas para obtener una comida sencilla..
Sólo podemos esperar que tales tragedias impulsen a las autoridades a tomar medidas concretas para evitar más pérdidas de vidas en un país que ya está profundamente marcado por la angustia y la incertidumbre.