Fatshimetria
En el corazón del territorio de Mambasa, en la provincia de Ituri, se encuentra el centro de Biakato, un refugio para desplazados que huyen de las amenazas de los grupos armados. Sin embargo, desde hace más de tres semanas, el centro se enfrenta a una alarmante escasez de agua. Las mujeres, niñas y niños de esta aldea ahora caminan kilómetros para encontrar agua potable, una búsqueda que pone en riesgo sus vidas. Los residentes se ven obligados a realizar este peligroso viaje a última hora de la tarde o temprano en la mañana, expuestos a la inseguridad que reina en la región.
Según el coordinador provincial de protección civil en Ituri, Jean-Robert Ndjalonga, los pozos y fuentes locales ya no son suficientes para cubrir las necesidades de agua de la población. Los aldeanos se ven obligados a alejarse 2 o 3 kilómetros del centro de Biakato, capital de la jefatura de Babila-Babombi, en busca de fuentes de agua potable.
Ante esta crisis humanitaria en desarrollo, Jean-Robert Ndjalonga lanza un llamamiento a las autoridades competentes y a los socios implicados en la gestión de los recursos hídricos. Subraya la urgencia de garantizar la seguridad de los habitantes de Biakato y de encontrar soluciones rápidas para paliar la escasez de agua que les afecta.
Lamentablemente, esta situación no es un caso aislado, ya que seis aldeas del grupo Chini ya Kilima en Nyankunde también están experimentando una escasez crítica de agua. Los habitantes de estas localidades se ven obligados a consumir agua contaminada por falta de fuentes de suministro adecuadas.
Ante esta angustiosa realidad, es imperativo que se adopten medidas concretas para satisfacer las necesidades esenciales de estas poblaciones en dificultades. La escasez de agua es un problema urgente que no se puede descuidar, y es responsabilidad de todos actuar rápidamente para garantizar el acceso al agua potable a todos los ciudadanos, independientemente de dónde vivan.