Fatshimetría —
Durante su discurso de Navidad, el rey Carlos III rindió homenaje a la dedicación del personal médico y de todos aquellos que prestan apoyo a los demás, elogiando la labor de los profesionales sanitarios que ofrecieron «fuerza, atención y consuelo» durante sus tratamientos contra el cáncer, así como a los de la Princesa de Gales.
En su tercer discurso navideño, el soberano británico de 76 años habló de que «todos pasamos por algún tipo de sufrimiento en algún momento, ya sea mental o físico». Subrayó que «el grado de asistencia mutua entre nosotros, el apoyo que nos damos unos a otros, seamos creyentes o no, es un indicador de nuestra civilización como naciones».
El rey Carlos también expresó su agradecimiento a los equipos médicos que lo ayudaron a él y a su familia durante todo el año. En particular, agradeció a los médicos y enfermeras por su apoyo cuando tuvieron que afrontar las incertidumbres y ansiedades de la enfermedad, destacando cómo su presencia había sido fundamental para ellos.
Este discurso anual adquirió este año una importancia particular, ya que el Soberano decidió grabarlo en la capilla de un antiguo hospital de Londres, rindiendo así homenaje al personal sanitario. Fue la primera vez en más de una década que el mensaje navideño no se filmó en una residencia real, destacando la importancia que se otorga a los profesionales de la salud y su dedicación.
El rey Carlos, que anunció en febrero que le habían diagnosticado cáncer, inició su tratamiento en Londres. Según una fuente de palacio, su salud ha mejorado y continuará su tratamiento el próximo año. Por su parte, la princesa de Gales, Kate, anunció en septiembre que había completado la quimioterapia, seis meses después de revelar su diagnóstico de cáncer, y planea retomar gradualmente sus actividades públicas.
En medio de los conflictos en Gaza, Ucrania y Sudán, el rey expresó su pensamiento por todos los afectados por los estragos de la guerra, destacando el trabajo de las organizaciones humanitarias para brindar un socorro vital. También habló de los valores de tolerancia y paz que enseñan los evangelios para superar los conflictos.
La familia real británica celebró la Navidad en Sandringham, Norfolk, donde se esperaba a 45 miembros de la familia. Se difundieron ampliamente las imágenes de los Windsor dirigiéndose a la iglesia de Santa María Magdalena para el tradicional servicio religioso del día de Navidad. Es un momento memorable para los admiradores de la familia real, que acuden en gran número para asistir a esta ceremonia especial.
En este contexto, es fundamental resaltar el apoyo y compromiso de los miembros de la familia real con los británicos, así como su solidaridad con quienes atraviesan momentos difíciles.. El sentimiento de cercanía y empatía que genera su presencia y acciones fortalece el vínculo entre la realeza y el pueblo británico.
Este discurso navideño marca una ocasión de gratitud hacia quienes se dedican al bienestar de los demás, al tiempo que resalta la importancia de la ayuda y el apoyo mutuos dentro de la sociedad. La compasión y generosidad expresada por la familia real hacia quienes sufren son un recordatorio de que la empatía y la solidaridad son valores esenciales para construir una sociedad más unida y solidaria.