En el sector de Bapere, situado en la provincia de Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, el terror se ha afianzado. Las aldeas de Robinet, Kodjo, Makele y otras fueron escenario de varios ataques mortales perpetrados por los rebeldes de las ADF, que dejaron al menos veintiún civiles muertos en el espacio de una semana. Esta violencia sin precedentes ha obligado a muchas familias a huir de sus hogares para buscar refugio en otras zonas, dejando atrás pueblos devastados y vidas destrozadas.
La situación descrita por la sociedad civil local es alarmante. Los testimonios relatan escenas de horror, casas quemadas, propiedades saqueadas y, sobre todo, vidas inocentes atrapadas en un ciclo interminable de violencia. Las personas desplazadas, principalmente mujeres, niños y ancianos, se han reunido en Mangurejipa, desesperadas por un lugar donde encontrar algo parecido a seguridad.
Samuel Kakule Kagheni, presidente de la sociedad civil local y defensor de los derechos humanos, hace un conmovedor llamamiento al ejército para que intervenga urgentemente y proteja a los civiles en el sector de Bapere. Subraya la urgencia de la situación y recuerda que no se debe dejar a la población indefensa ante estos repetidos ataques de los rebeldes de las ADF.
Por parte de las autoridades militares, el coronel Mak Hazukay toma la palabra para afirmar el compromiso de las fuerzas de defensa y seguridad para restablecer la paz y la seguridad en la región. Pide la cooperación de la población para contrarrestar el enemigo común y permitir que todos recuperen una apariencia de normalidad en su vida cotidiana.
Esta dramática situación en el sector de Bapere pone de relieve los persistentes desafíos que enfrentan muchos civiles en zonas de conflicto en la República Democrática del Congo. La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante tales atrocidades y debe apoyar los esfuerzos para proteger a las poblaciones vulnerables y poner fin a la violencia que está desgarrando a estas comunidades ya muy afectadas.