Fatshimetria
El debate sobre la revisión de la Constitución en la República Democrática del Congo está agitando los ánimos, dando lugar a posiciones diversas y a veces inesperadas. Entre las voces que se escucharon, la de la Iglesia de los Hijos de Dios en la Tierra, encabezada por el pastor Célestin Mufike, llamó la atención al expresar su apoyo condicional a una posible reforma constitucional.
En una declaración pública, el pastor Mufike destacó la importancia de revisar la constitución para lograr las mejoras necesarias en el país, especialmente a nivel político, social y económico. Sin embargo, la iglesia impone una condición fundamental: el fin del sistema de aparcamiento delante de la bandera durante las ceremonias oficiales.
Este requisito surge de una profunda convicción del pastor Mufike y sus seguidores respecto del absoluto respeto a la dignidad humana. Según él, la práctica de situarse delante de la bandera, observada durante determinadas ceremonias, se considera una forma de humillación pública que va en contra de los valores cristianos y del respeto mutuo defendidos por la Iglesia.
El pastor insistió en que muchos congoleños se oponen ampliamente a esta práctica, independientemente de su afiliación religiosa o política. Subrayó que este ritual, percibido como degradante, no debería ser una condición para expresar su apoyo a la revisión de la Constitución.
“Decimos SÍ a la revisión de la constitución, pero es imperativo que el jefe de Estado ponga fin a esta práctica de estacionarse frente a la bandera. Esto no corresponde a los principios fundamentales de la dignidad humana en los que creemos firmemente. ”, afirmó el pastor Célestin Mufike.
Esta valiente posición adoptada por la Iglesia de los Hijos de Dios en la Tierra revela un firme deseo de conciliar el apoyo a la reforma constitucional y el respeto incondicional a la dignidad de cada individuo. Pide repensar los protocolos y rituales oficiales para que estén en consonancia con los valores esenciales de una sociedad democrática y respetuosa con los seres humanos.
Finalmente, el pastor Mufike invitó a todos los actores políticos y sociales a considerar este requisito como un requisito previo esencial para cualquier revisión de la constitución. Porque, según él, una nación sólo puede ser verdaderamente próspera y estable si se basa en el respeto y la dignidad de cada uno de sus ciudadanos.