**Título: Entre sombras y luces: una reflexión sobre la justicia puesta a prueba de la memoria**
**Introducción: La sombra de Martínez Zogo se cierne sobre Yaundé**
El 17 de enero de 2025, Camerún recuerda dos años después de la trágica desaparición de Martínez Zogo. El locutor de radio, encontrado desnudo y mutilado, provocó protestas nacionales e internacionales. Su historia resuena como un llamado al deber conmemorativo, evocando no sólo el grito de desesperación de un hombre, sino también la lucha por la justicia en un contexto a menudo teñido de impunidad. Mientras el juicio contra sus presuntos asesinos parece estancado, es fundamental considerar esta noticia desde una perspectiva más amplia, cuestionando la capacidad de nuestras sociedades para impartir justicia y construir una memoria colectiva.
**I. La lentitud de la justicia: un símbolo de desesperación
La justicia camerunesa, como muchos sistemas de justicia en el mundo, padece una enfermedad crónica: la lentitud. El tribunal militar de Yaundé, donde se desarrolla el juicio desde marzo de 2024, refleja una institución congestionada y a menudo lastrada por fallos estructurales. Según datos de la Organización Mundial de Justicia, más del 70% de los juicios en el África subsahariana sufren retrasos significativos. Esta realidad pesa mucho sobre las víctimas y sus familias, que se encuentran atrapadas en un ciclo interminable de espera. Surge entonces la pregunta: ¿cómo pueden las sociedades restaurar la confianza en sus sistemas de justicia cuando navegan en un mar de ineficiencia?
**II. El poder de las historias: el arte como espejo de la sociedad
Junto a esta tragedia, es interesante destacar el surgimiento de artistas como Mahi Binebine, quienes, a través de sus obras, evocan temas universales de deshumanización y resistencia. Su última novela, “La nuit nousemportera”, publicada por Robert Laffont, participa de este diálogo entre memoria individual y memoria colectiva. El arte, en sus múltiples formas, se afirma como un vector de transformación social, permitiéndonos enfrentar el sufrimiento del pasado e imaginar futuros mejores. Al tejer narrativas que trascienden fronteras, estos creadores desafían las narrativas dominantes y fomentan una reflexión profunda sobre la identidad y la justicia.
**III. Togo y la Alianza de Estados del Sahel: ¿un nuevo orden geopolítico?
Además, Togo está considerando la posibilidad de unirse a la Alianza de Estados del Sahel (AES). Esta intención, expresada por el Ministro de Asuntos Exteriores, Robert Dussey, arroja luz sobre las cuestiones regionales vinculadas a la cooperación en materia de seguridad y desarrollo. En este contexto, es interesante observar cómo la dinámica de la política internacional en África puede verse influenciada por las tragedias locales.. Al unir fuerzas con países como Malí, Burkina Faso y Níger, Togo está demostrando una voluntad de resiliencia colectiva frente a la creciente inseguridad que afecta a la región.
**IV. Reconstruir la memoria colectiva: un imperativo social
Ante el posible impasse en el juicio a Martínez Zogo, surge otro desafío importante: el de construir una memoria colectiva. ¿Cómo podemos recordar las vidas destrozadas por la violencia mientras pintamos un retrato de una nación en busca de paz y reconciliación? La creación de plataformas de memoria y de diálogos intercomunitarios podría desempeñar un papel crucial. En este sentido, iniciativas como la creación de museos o eventos conmemorativos ayudarían a mantener viva la memoria de las víctimas y a fortalecer la resiliencia de las sociedades frente a las atrocidades.
**Conclusión: ¿Hacia una justicia restaurativa?**
Camerún aún tiene un largo camino por recorrer, tanto en materia de justicia como de memoria. El juicio a Martínez Zogo es sintomático de un sistema que necesita reforma, una sociedad que necesita sanación y un legado que necesita trascendencia. En resumen, es hora de considerar una justicia restaurativa, que no se limite al castigo sino que permita a las víctimas y a la sociedad unirse y planificar juntos hacia un futuro pacífico. De este modo, cada voz –ya sea la de un artista, la de un ciudadano o la de una institución– podría contribuir a disipar las sombras del pasado e iluminar un camino de reconciliación.