### El llamado al apaciguamiento en Ituri: un tema de la dignidad femenina y la paz duradera
Con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, celebrado el 8 de marzo, la provincia de Ituri, en la República Democrática del Congo (RDC), vio a sus mujeres desplazadas en el corazón de un discurso conmovedor y urgente. Irene Vaweka, representante del gobernador y asesora de género, lanzó un atractivo urgente a los grupos armados que operan en la región: para dejar sus brazos para permitir que las mujeres recuperen la dignidad y un entorno propicio para la vida.
#### Una realidad alarmante para las mujeres desplazadas
Los testimonios de las mujeres que viven en campamentos desplazados revelan condiciones de vida alarmantes. Estas mujeres, a menudo madres, luchan diariamente en un entorno precario, si tenemos en cuenta la violencia sistemática, la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a servicios de salud adecuados. En 2022, una encuesta realizada por la OXFAM de OXG internacional reveló que el 77 % de las mujeres desplazadas en ITURI se sometieron a violencia basada en el género. Una situación que destaca la necesidad urgente de una respuesta global, que combina seguridad y derechos humanos.
Es interesante comparar esta crisis con otros conflictos en el mundo. En Afganistán, las mujeres también han sufrido las consecuencias del conflicto prolongado, pero los esfuerzos de restablecimiento posterior al conflicto han permitido a algunas acceder a posiciones de toma de decisiones. En el caso de Ituri, los grupos armados, a menudo de la población local, deben integrarse en una dinámica de reconciliación para permitir un diálogo constructivo.
#### Un entorno difícil: la lucha por la supervivencia
Las mujeres, a pesar de la adversidad, no pierden la esperanza. Vaweka destacó su resistencia, diciendo que continúan luchando para garantizar la supervivencia de sus hijos, incluso en las condiciones más difíciles. Esto se hace eco de estudios que muestran que en los contextos de crisis, las mujeres a menudo juegan un papel crucial en la reconstrucción de las comunidades.
Por lo tanto, la necesidad de un proceso de desarme, desmovilización y reintegración (P-DDRC) es esencial. El gobierno, con el fin de regresar a la normalidad, debe fortalecer estas iniciativas para incluir programas de apoyo que pongan a las mujeres en el centro de la reconstrucción. La recuperación económica solo puede ser efectiva si se centra en las necesidades de las mujeres. Además, generar ingresos para estas madres podría tener efectos multiplicadores en la economía local.
### Compromiso de gobiernos y actores internacionales
Es vital que las autoridades congoleñas, en colaboración con socios internacionales, amplíen sus esfuerzos para satisfacer las necesidades de las mujeres desplazadas.. El apoyo a la agricultura local, esencial para la seguridad alimentaria, se puede llevar a cabo a través de programas de microcrédito, lo que permite a las mujeres cultivar sus tierras y apoyar a sus familias.
En los Estados Unidos, por ejemplo, los programas de financiación para mujeres agricultores han demostrado su efectividad para combatir la pobreza y promover la emancipación económica. Se podría establecer un modelo similar en la RDC, lo que hace posible fortalecer no solo la productividad, sino también la dignidad de las mujeres.
#### Un camino hacia el futuro: Conjugación de fuerzas
El camino hacia la paz en Ituri requiere un enfoque inclusivo, donde las voces de las mujeres se escuchan e integran en el proceso de toma de decisiones. En este sentido, la iniciativa lanzada por Irene Vaweka es un primer paso significativo. Sin embargo, esto debe ser seguido por medidas concretas para obtener rendimientos en las aldeas, garantizar condiciones de vida dignas y restaurar la confianza entre las comunidades.
La importancia del Día Internacional de los Derechos de las Mujeres no solo reside en los discursos, sino en las acciones resultantes de él. Mientras que Ituri Aspits en una era de paz, cada llamado a la paz debe traducirse en actos. El gobierno, los actores internacionales y la comunidad local deben unir fuerzas para abordar la raíz del problema: violencia armada y desigualdades persistentes que continúan convirtiendo a las mujeres desplazadas en las primeras víctimas de esta tragedia humana.
Es a través de un verdadero diálogo y una voluntad política asertiva que Ituri algún día podrá levantarse de sus cenizas y permitir que las mujeres vivan en dignidad y seguridad. La lucha por los derechos de las mujeres y la paz sostenible debe ir de la mano, porque uno no puede florecer sin el otro.