### La Guerra de los Chefs: cuando la tradición habitual se enfrenta a conflictos armados en el norte de Kivu
En el corazón de la violencia que devasta el norte de Kivu en la República Democrática del Congo (RDC), tiene lugar una tragedia silenciosa. Entre 2024 y 2025, más de una docena de jefes habituales fueron brutalmente asesinados bajo la presión de un complejo conflicto entre el M23/AFC, apoyado por las fuerzas ruandesas, y las comunidades locales ya debilitadas. Este fenómeno no solo revela la dimensión asesina de esta guerra, sino que también plantea preguntas profundas sobre el futuro de las instituciones tradicionales y sobre la estructura social de los territorios afectados.
### CHEF CHEF CABEZA EN LÍNEA -ON
Los jefes habituales, figuras bien ancladas en el tejido social congoleño, siempre han jugado un papel crucial en la mediación de los conflictos y la preservación de los estándares comunitarios. Sin embargo, esta guerra violenta transformó a estos guardianes de la tradición en objetivos. Fuentes confiables informan que tres autoridades tradicionales han sido asesinadas en Jomba, Busanza y Bwito, grupos Rutshuru, que ilustran que estos líderes no solo son íconos culturales, sino también actores políticos vulnerables en un entorno cada vez más inestable.
Al mismo tiempo, aquellos que logran huir ven su poder y su influencia disminuye. Los nuevos chefs, a menudo impuestos por los rebeldes, están invitados a participar en partidos políticos, transformando el poder habitual en una herramienta para el control militar. Este cambio no es trivial; Pregunta la integridad de los sistemas de gobernanza tradicionales, al tiempo que amplifica las tensiones dentro de las comunidades.
#### Los riesgos de mayores conflictos
La sustitución de los jefes habituales tradicionales con aliados de los rebeldes causa una brecha de desconfianza dentro de las comunidades. En el sector Osso Banyungu, Katoy y Bashali, bajo el control del Wazalendo, los jefes locales son expulsados y su propiedad es confiscada. A primera vista, esta práctica puede parecer responder a una lógica de control, pero también podría sembrar las semillas de los conflictos intercomunarios, exacerbados por rivalidades históricas y resentimientos acumulados durante varias generaciones.
La situación recuerda ejemplos históricos, como las guerras de descolonización en África en las que los líderes tradicionales han sido eliminados sistemáticamente, lo que resulta en el colapso de las estructuras sociales tradicionales. Tal análisis enfatiza que la imposición de nuevos tutores en el poder solo socava las bases que han apoyado durante mucho tiempo a las comunidades.
#### Un análisis estadístico de los efectos de la violencia
Un examen de los datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) muestra que la violencia dirigida contra los jefes habituales no solo dislocó la gobernanza local, sino que también crea ciclos de violencia que pueden continuar. De hecho, el 60 % de los jefes habituales asesinados se encuentran en áreas donde la lucha por los recursos naturales es particularmente intensa. Esto destaca un vínculo innegable entre los conflictos económicos, políticos y de identidad.
Por otro lado, un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Ciencias Sociales ha demostrado que las áreas donde los jefes habituales son sacrificados o obligados a exiliar ver un aumento del 45 % en los incidentes de violencia inter -étnica. En contraste, en las regiones donde se preserva la legitimidad de los líderes tradicionales, los indicadores de seguridad y cohesión comunitaria siguen siendo relativamente estables.
#### Hacia un nuevo equilibrio?
En vista de esta tragedia, la pregunta que surge ahora es: ¿qué alternativas se pueden prever para preservar la integridad del poder habitual frente al surgimiento de la violencia armada? Una respuesta podría residir en la creación de plataformas de diálogo inclusivas entre los diversos actores: jefes habituales, poderes políticos y grupos armados. Las iniciativas locales, apoyadas por organizaciones internacionales, podrían ayudar a conciliar las comunidades al tiempo que reafirman el papel de los jefes habituales como mediadores.
Es crucial comprender que la violencia en el norte de Kivu es sintomático de un cambio más amplio en la dinámica de conflictos en África. Mientras que los estados continúan perdiendo su poder, la dinámica de gobernanza se mueve hacia otras formas de autoridad, en particular a través de estructuras habituales que deben ser protegidas y revitalizadas.
### Conclusión
El caso de los jefes habituales en el norte de Kivu es solo un ejemplo de las devastadoras consecuencias de un conflicto armado en las instituciones tradicionales. La revuelta contra estas figuras emblemáticas de gobernanza local es parte de una lucha mayor por el reconocimiento y la seguridad de las comunidades. Para superar este ciclo de violencia, se hace imperativo restaurar un diálogo significativo, mientras busca nuevos caminos para integrar estructuras habituales en el tejido del proceso de paz. Las soluciones tendrán que ser adaptadas, innovadoras y profundamente ancladas en las realidades locales para esperar restaurar una apariencia de paz y estabilidad en esta región devastada.