### Rodrigo Duterte en el ICC: un juicio histórico que tiene implicaciones mucho más allá de Filipinas
El 14 de marzo de 2025, el ex presidente filipino Rodrigo Duterte apareció en videoconferencia ante el Tribunal Penal Internacional (CPI), marcando un punto de inflexión potencialmente histórico en la lucha contra la impunidad en torno a los crímenes contra la humanidad. En esta ocasión, Duterte, acusado de la muerte de decenas de miles de personas como parte de su controvertida campaña contra las drogas, enfrenta no solo las acusaciones de asesinatos sistemáticos, sino que también ofrece un debate más amplio sobre la moralidad de las políticas de seguridad pública generalmente adoptadas por varios estados de todo el mundo.
#### Contexto político y social
Duterte, quien dirigió Filipinas de 2016 a 2022, fue elogiado por parte de la población por su granja en términos de seguridad, mientras que otros lo acusan de violaciones flagrantes de los derechos humanos. Su presidencia exacerbó a la división social, ofreciendo así tierras fértiles para un debate que señala los límites de la autoridad estatal ante la necesidad de proteger los derechos fundamentales de las personas. Este duelo ideológico entre seguridad y justicia es mucho más que un conflicto en Filipinas; Es representativo de una tendencia observada en varias naciones, donde la lucha contra el crimen con frecuencia impide la promoción de los derechos humanos.
#### Una audiencia que cuestiona
La audiencia, aunque fue breve, hace preguntas fundamentales sobre el sistema legal internacional y los derechos del acusado. A través del abogado de Duterte, Salvador MediaDea, se ha establecido una narración, acusando a la CPI de no respetar los derechos fundamentales de su cliente, al tiempo que enfatiza su frágil estado de salud. Un aspecto a menudo olvidado en casos similares es el tratamiento de la salud mental y física del acusado; El derecho internacional se basa en el principio de que todas las personas, independientemente de sus supuestos delitos, deben ser juzgados por cuerpos justos.
Duterte profesó haber «asumido sus responsabilidades» en un video antes de la audiencia, una declaración que plantea la pregunta: ¿cómo puede una figura política afirmar la responsabilidad mientras se opone a la legitimidad de la justicia internacional? Esto plantea un debate más amplio sobre la ética política: ¿deberían ser los líderes responsables de sus acciones, incluso cuando están enmascarados por discursos virtuosos por el bien común?
### Ramificaciones internacionales
Detrás de este caso se encuentra en el futuro de las relaciones diplomáticas entre las naciones. Si bien Filipinas a menudo se percibe como un aliado de los Estados Unidos en la región de Asia y el Pacífico, este juicio hará una pregunta crucial sobre la forma en que Estados Unidos y sus socios ven las violaciones de los derechos humanos.. Especialmente porque la CPI está bajo una presión creciente, no solo por parte de los partidarios de Duterte, sino también de otras naciones que temen que este precedente abra la puerta a un enjuiciamiento similar para los líderes en otros contextos políticos.
#### Impacto en las víctimas
Para las familias de las víctimas de la «guerra contra las drogas» de Duterte, esta audiencia representa una esperanza de equidad. Según las estimaciones de la ONG, la violencia vinculada a esta campaña ha causado decenas de miles de muertes, a menudo sin discernimiento. Los movimientos de protesta de los derechos humanos se están multiplicando y llama la atención sobre las verdades desagradables del liderazgo político, colocando el sufrimiento humano en el centro del debate público.
Las manifestaciones de simpatía por Duterte, en oposición a las manifestaciones de apoyo a las víctimas, revelan una polarización de la Sociedad Filipinas, que continúa más allá de las fronteras geográficas. Estas oposiciones son indicativas de un fenómeno global donde las opiniones son igual de claras. La comparación con otros regímenes autoritarios, como los de Bashar al-Assad en Siria o Nicolás Maduro en Venezuela, muestra que la lucha por la justicia excede con creces los límites de un solo país, integrando luchas comunes por los derechos humanos en todo el mundo.
#### Conclusión
En este caso, Rodrigo Duterte no solo se enfrenta a un juicio dentro del marco de un procedimiento legal; Haga incorporación contradicciones que rodean la responsabilidad política en un mundo que lucha por equilibrar la seguridad y los derechos humanos. Este momento, aunque centrado en un actor específico, ofrece una reflexión más amplia sobre el futuro de los gobiernos frente al creciente despertar de las sociedades civiles, que exigen cuentas de sus líderes por el costo humano de sus políticas.
A medida que este caso evoluciona, continuará dando forma al discurso sobre la política de seguridad global, los derechos humanos e impunidad. De una manera quizás inesperada, el juicio del Duterte podría convertirse en un momento para determinar para otros líderes a escala global, mientras que el respeto por la dignidad humana se pone a prueba por el estado que enfrenta desafíos idénticos. La lucha contra la impunidad se juega más que nunca en la escena mundial.