** Título: Riposte contra MPOX en la RDC: entre el desafío financiero y el resurgimiento de enfermedades infecciosas **
La República Democrática del Congo (RDC) está en un punto de inflexión crucial en su lucha contra la epidemia de MPOX, con solo 20,979,372 dólares estadounidenses movilizados, o el 42% de los 44 millones requeridos para un plan de intervención efectivo. La situación es aún más preocupante en un contexto en el que se suspende el apoyo financiero estadounidense, que tradicionalmente ha jugado un papel fundamental a través de USAID. Esta dinámica plantea preocupaciones sobre la capacidad del país para lidiar con una creciente crisis de salud, exacerbada por conflictos armados y ya debilitada la infraestructura de salud.
MPOX, descrita por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad con potencial epidémico, apareció en la RDC al comienzo de 2022. Este virus, que se propaga principalmente por contacto directo, ha evolucionado, con mutaciones que conducen a una transmisión intermedia más rápida, especialmente durante las relaciones sexuales. Según los datos oficiales, desde enero de 2024 hasta mediados de marzo de 2025, se notificaron casi 90,000 casos sospechosos en todo el país. Esta cifra alarmante no solo resalta la velocidad de la propagación de este virus sino también la ausencia de una respuesta adecuada y coordinada.
** Una crisis que se alimenta de otras crisis **
Es esencial contextualizar esta epidemia en un marco más amplio. La región es de la RDC, donde la violencia armada es endémica, representa un terreno fértil para la propagación de enfermedades infecciosas. Los desplazamientos masivos de las poblaciones, la desorganización de los servicios de salud y la desconfianza de las autoridades, alimentados por décadas de conflicto, complican aún más la respuesta contra MPOX. En este contexto, es legítimo cuestionar: ¿en qué medida del financiamiento estadounidense exacerba la vulnerabilidad de las regiones ya probadas?
Las estadísticas de MPOX son alarmantes, pero también deben ser paralelas a otras crisis de salud en África, como el ébola o las epidemias de cólera, que revelaron las brechas estructurales de los sistemas de salud en la RDC. Ante esta epidemia de MPOX, es posible hacer comparaciones con la respuesta global contra Covid-19, que ha demostrado la importancia de la anticipación y la coordinación internacional. La eficiencia de la vacunación masiva contra COVVI-19 en los objetivos dentro de las poblaciones de riesgos podría servir como modelo para una campaña de inmunización preventiva contra MPOX en el país.
** Soluciones internas: la iniciativa del gobierno ante la adversidad **
En un contexto en el que faltan los recursos financieros, la investigación del presidente Félix Tshisekedi a su gobierno para encontrar soluciones para mitigar las consecuencias de esta situación atestigua la necesidad de una resiliencia estratégica. Paralelamente a esta iniciativa, el fortalecimiento de la infraestructura local, la promoción de campañas de concientización y la movilización de recursos internos son pistas que pueden detener rápidamente la propagación de la enfermedad.
Además, el papel de las ONG locales e internacionales es esencial. Su presencia en el campo y su conocimiento de las realidades socioculturales pueden impulsar a los esfuerzos de vacunación y prevención. Una respuesta adaptada debe incluir asociaciones con actores regionales para la capacitación del personal local, la distribución de equipos médicos y la conciencia de la prevención de MPOX, al tiempo que integran herramientas de monitoreo.
** Conclusión: ¿Hacia un futuro más resistente? **
La epidemia MPOX en la RDC representa un dolor de cabeza en un país ya magullado. Si el desafío financiero es innegable, no debe oscurecer la importancia de un enfoque multidimensional. Es crucial reunir a los diversos actores (gobierno, ONG, comunidad internacional, no solo para superar esta epidemia, sino también para construir un sistema de salud más sólido. Si bien la amenaza de MPOX parece flotar sobre el país, la respuesta tendrá que anclar en las lecciones aprendidas del pasado, colaboraciones estrechas y una dinámica de refuerzo de las capacidades locales. El tiempo se agota y sonó la hora de solidaridad para la RDC.
El futuro muy cercano nos dirá si la nación podrá recuperarse no solo de esta epidemia, sino también para aprender las lecciones necesarias para un sistema de salud sostenible que pueda resistir futuros desastres.