### DRC: ¿Hacia un gobierno de unidad nacional? El llamado a los tecnócratas frente a una crisis sistémica
En un contexto político y de seguridad particularmente tenso en la República Democrática del Congo, el jefe del Comité Nacional de La Francofonía, Isidore Kwandja, recientemente expresó su apoyo a las consultas realizadas por el presidente Félix Antoine Tshisekedi. Esta iniciativa, dirigida por figuras clave de la presidencia, tiene como objetivo formar un gobierno de unidad nacional capaz de enfrentar los desafíos estratégicos que se enfrenta al país, en particular la agresión de Ruanda. Sin embargo, la propuesta de Kwandja va más allá de las simples alianzas políticas: requiere una reorganización tecnocrática.
#### Una respuesta a las realidades congoleñas
La RDC ha estado sufriendo conflictos armados durante décadas que han obstaculizado su desarrollo. Según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), casi el 70 % de los congoleños viven por debajo de la línea de pobreza, y la tasa de desempleo afecta a millones de jóvenes, exacerbando las tensiones sociales. Estas figuras dramáticas destacan la urgencia de una respuesta política que no se limita a los compromisos superficiales, pero que se basa en experiencia real y competencia gerencial real.
Isidore Kwandja insiste en la necesidad de integrar tecnócratas experimentados en el futuro gobierno. Esto plantea una pregunta crucial: ¿puede la República Democrática del Congo realmente permitirse dejar de lado las luchas de la influencia política en beneficio de la eficiencia y el pragmatismo? La respuesta parece revelar los desafíos institucionales que enfrenta el país.
### Desafíos de un gobierno tecnocrático
Kwandja advierte contra la tentación de la antigua lógica del «peso político», que tiene como objetivo llenar las cajas ministeriales de acuerdo con la representatividad partidista en lugar de las habilidades. Si este enfoque puede parecer democrático en el papel, podría causar efectos contraproducentes. Las estadísticas indican que los gobiernos donde la elección de los ministros se ha basado en bases estrictamente políticas a menudo ha resultado en malos resultados. Por ejemplo, un país de África occidental recientemente se sometió a una importante crisis económica después del nombramiento de ministros sobre la base de su afiliación política en lugar de su competencia.
El debate sobre los gobiernos de la unidad nacional y los tecnócratas no debe percibirse de manera maniquea. Si los tecnócratas pueden proporcionar una experiencia preciosa, su integración en un sistema político a menudo esclerótico por las luchas de poder podría ser un gran desafío. Paradójicamente, un gobierno efectivo puede ser el que combinó juiciosamente la competencia y la capacidad de federar a las diversas fuerzas políticas, incluso la menos competente.
#### Una victoria en dos frentes
La posibilidad de liderar simultáneamente dos luchas, una contra la agresión externa y la otra contra la crisis económica interior, es, tanto atrevido como necesario. Porque, como señaló Kwandja, estos problemas están interconectados: el empobrecimiento económico puede alimentar los sentimientos nacionalistas que exacerban las tensiones, mientras que la inestabilidad externa puede tener repercusiones desastrosas en la cohesión social.
La analogía con la situación en Ucrania ofrece iluminación relevante: el país tuvo que unirse contra una amenaza externa al tiempo que iniciaba reformas internas significativas para fortalecer su economía. Tal enfoque ha hecho posible galvanizar fuerzas políticas dispares en torno a un objetivo común, ilustrando que la unidad puede servir como una palanca estratégica.
### hacia un nuevo paradigma político
En conclusión, la propuesta de Isidore Kwandja de favorecer a los tecnócratas para la formación de un gobierno de unidad nacional en la República Democrática del Congo afecta un tema fundamental: la necesidad de un cambio en el paradigma en el gobierno del país. La lucha contra la agresión en el este y la implementación de una política de desarrollo real debe ser previsto no tan objetivos opuestos, sino como un conjunto coherente de acciones respaldadas por habilidades probadas.
Si la RDC logra salir de las escisiones tradicionales y adoptar una visión moderna y tecnocrática de su futuro, podría abrir el camino a un proceso de transformación radical, beneficiosa no solo para la estabilidad del país, sino también para su gente, que aspira a un cambio tangible y duradero. El camino para ir es largo, pero la supervivencia y la prosperidad de uno de los países más ricos en recursos naturales, pero paradójicamente, uno de los más pobres a nivel humano.
En esta búsqueda de renovación, el desarraigo de las prácticas antiguas y la promoción de una cultura de competencia podrían ser la clave para una RDC fuerte, unida y resistente, capaz de enfrentar sus desafíos internos y externos.
** Faustin Nkumbi/fatshimetrie.org **