## Una década global de forestación y reforestación: oportunidades y preguntas
El 16 de abril, las Naciones Unidas adoptaron una resolución significativa para fortalecer la cobertura de la planta global. Esta iniciativa, destacada por Congo-Brazzaville, tiene como objetivo establecer una «década mundial de forestación y reforestación» que varía de 2027 a 2036, con el ambicioso objetivo de aumentar el área del bosque mundial en un 4 %. El gobierno congoleño confirmó esta información el 24 de abril, destacando la importancia de esta nueva etapa en la lucha contra la deforestación y el cambio climático.
### Una iniciativa para un mundo verde
La observación es severa: el mundo pierde diez millones de hectáreas de bosques cada año, un fenómeno intensificado por la deforestación masiva, a menudo vinculada a prácticas agrícolas insoportables y urbanización rampante. En este contexto, el ministro congoleño de la economía forestal, Rosalie Matondo, expresó la necesidad de usar medidas proactivas como la creación de bosques artificiales para contrarrestar la degradación de los ecosistemas. Esta reflexión abre el camino a las prácticas de forestación, que implican plantar árboles en áreas actualmente no forestales.
Sin embargo, esta ambición inevitablemente plantea preguntas delicadas. En su impulso para aumentar la cobertura de las plantas, la resolución tendrá que navegar entre las ambiciones ecológicas y la preservación de los ecosistemas existentes, como las sabanas. Maixent Anima Emeka, representante de la sociedad civil, subraya este doble problema: ¿cómo lograr una reforestación efectiva sin dañar los hábitats de otras especies animales que dependen de las sabanas, en particular en las regiones sensibles?
### Los desafíos de la implementación
La implementación de esta iniciativa global requerirá un marco estratégico elaborado, que debe tener en cuenta una multitud de factores ambientales, socioeconómicos y culturales. De hecho, cada región tiene sus propias características ecológicas que determinan el enfoque para adoptar. La creación de bosques artificiales, aunque beneficiosos en ciertas circunstancias, no puede ser una solución universal. Estudios recientes indican que la biodiversidad a menudo se conserva mejor en los bosques naturales, que compiten en resiliencia frente al cambio climático y la presión antropogénica.
Además, la interacción entre la comunidad local y estos proyectos de reforestación debe articularse cuidadosamente. El éxito de tales iniciativas dependerá del compromiso de las poblaciones, que no son solo los jardines de sus tierras, sino también los primeros afectados por las decisiones ecológicas. Educar e involucrar a las comunidades en estos procesos es esencial para garantizar su sostenibilidad. Esto plantea la cuestión del equilibrio entre ambiciones supranacionales y realidades locales.
### Un enfoque colegial para el futuro
A nivel internacional, esta iniciativa debe verse como una oportunidad para fortalecer la cooperación entre los estados, pero también entre los diversos actores involucrados en el manejo forestal. Es un momento favorable para desarrollar el intercambio de experiencia y buenas prácticas, pero requerirá transparencia y compromiso a largo plazo.
La necesidad de fortalecer la cooperación es aún más crucial en el contexto de las negociaciones climáticas globales, que pronto tendrán lugar en la COP28. Los compromisos de reforestación deben estar respaldados por fondos adecuados y una voluntad política firme, pero eso no debe oscurecer la necesidad de un enfoque basado en datos e investigación científica.
### Conclusión
La década global de forestación y reforestación transportada por Congo-Brazzaville aparece como una iniciativa preciosa para combatir los desafíos ambientales actuales. Sin embargo, tendrá que desplegarse de una manera reflexiva e inclusiva, teniendo en cuenta los votos e intereses de todos los interesados. El diálogo, la educación y el compromiso de la comunidad serán pilares esenciales para garantizar la sostenibilidad de estas acciones a favor de un futuro más verde. El tiempo es tanto para la emergencia como para la reflexión, porque cada opción no solo influirá en nuestro entorno, sino también en las generaciones futuras.