La pesca ilícita en Senegal amenaza los derechos de las comunidades locales y agrava la crisis de migración a Europa.

La cuestión de la pesca ilícita en Senegal plantea problemas complejos que van más allá de la simple perspectiva económica. Un informe de la Fundación de Justicia Ambiental (EJF) destaca los derechos de las comunidades locales, el precario estado de las existencias de pesca y los impactos ambientales vinculados a las desastrosas prácticas de pesca, a menudo llevadas a cabo por barcos extranjeros. Si bien los recursos marítimos son escasos, la seguridad alimentaria y los medios de vida de muchas familias están amenazados, lo que contribuye a un fenómeno migratorio creciente a Europa. Esta situación desafía no solo a los gobiernos senegaleses, sino también a los países de origen de los barcos, planteando problemas sobre la responsabilidad compartida y las soluciones duraderas a considerar para preservar tanto la economía local como el ecosistema marino. Al iluminar estas interacciones, se vuelve esencial explorar los diferentes estratos de esta crisis para imaginar caminos de gobernanza más respetuosos adaptados a las realidades locales.
## Carta ilícita e impacto en las comunidades senegalesas: un análisis de causas y consecuencias

El reciente informe de la Fundación de Justicia Ambiental (EJF) destaca un problema alarmante en Senegal, donde la pesca ilícita ejercida por barcos extranjeros contribuye no solo al colapso de las existencias de peces, sino también a una marcada crisis de migración. Si bien la situación se está deteriorando, es esencial una reflexión más profunda de las causas y consecuencias de esta dinámica.

#### un stock de peces en peligro

Según el EJF, el 57 % de las existencias de peces en Senegal están actualmente en colapso. Esta degradación se atribuye en gran medida a la actividad de flotas extranjeras, principalmente de origen español y chino. Estos barcos, a menudo equipados con técnicas de pesca industrializadas, como el arrastre de fondo, capturan no solo especies dirigidas, sino que también afectan los ecosistemas marinos, dañando la reproducción de especies y la regeneración de las existencias de peces. Esta realidad pone en duda la sostenibilidad de la pesca, un sector que emplea alrededor del 3 % de la fuerza laboral senegalés.

La disminución de los recursos pesqueros no solo afecta a los pescadores: afecta a toda la cadena alimentaria y pone en peligro la seguridad alimentaria de las poblaciones locales. El consumo promedio de peces per cápita en el país ha caído de 29 kilogramos por año a solo 17.8 kilogramos, una cifra que plantea serias preocupaciones en el acceso a una fuente esencial de proteína.

### Consecuencias socioeconómicas

Frente al auge de las prácticas de pesca destructiva, muchos pescadores locales se encuentran en una situación desesperada. Cuando las posibilidades de subsistencia disminuyen, algunas optan por tomar el camino peligroso de la migración a Europa, especialmente desde las Islas Canarias. Esta migración se ha intensificado en los últimos años, con un aumento alarmante de casi el 100 % de las llegadas irregulares desde 2023, destacando un vínculo directo entre las crisis ambientales y de migración.

Soulleymane Sady, un ex pescador que se ha convertido en un migrante, resume esta situación: «Dado que el gobierno no puede regular los botes y no podemos trabajar normalmente, elegimos huir del país para buscar estabilidad». Esta oración ilustra la tragedia humana detrás de las estadísticas.

#### Una llamada a la responsabilidad

Los críticos de actores locales, como Karim Sall, presidente de Agire, revelan una creciente frustración frente a la inacción percibida de los gobiernos extranjeros y senegaleses. Sall describe las prácticas de pesca extranjera como «robo» y subraya la insuficiencia de las respuestas a los «piratas» reales de una economía azul sostenible. De hecho, es esencial cuestionar: en qué medida los países desarrollados, a menudo responsables de tales actividades, ¿deberían ser responsables? ¿Qué papel debe desempeñar la gobernanza local para proteger sus recursos?

Por lo tanto, la cuestión de la transparencia en la asignación de licencias de pesca a Senegal y la efectividad de la regulación gubernamental se vuelve esencial. A pesar de los esfuerzos visiblemente implementados, los expertos y activistas están de acuerdo en que pueden ser necesarias medidas más estrictas para contrarrestar esta tendencia.

### hacia una solución duradera

La situación no debe verse solo a través del prisma de la crisis. También ofrece la oportunidad de reflexionar sobre un modelo de gobierno más sostenible para los recursos marítimos. El desarrollo de asociaciones que incluyen prácticas de pesca responsables, la creación de zonas marítimas protegidas y un fortalecimiento de la pesca local para la gestión de la pesca podría ayudar a revertir esta tendencia.

La colaboración internacional también es crucial para enfrentar a überímica en la pesca ilegal. Iniciativas como el apoyo a cuotas sostenibles, compartir información sobre prácticas de pesca y el desarrollo de programas de concientización podrían ayudar a conciliar los intereses económicos de las comunidades locales al tiempo que protege el patrimonio marino.

#### Conclusión

El informe del EJF no solo hace una crisis ambiental: también arroja luz cruda sobre las realidades humanas detrás de la migración y la degradación de los recursos. Al invitar a una reflexión colectiva, este tema exige la responsabilidad de todos los interesados: desde gobiernos hasta pescadores y aquellos responsables de las políticas marítimas internacionales. El diálogo entre los países consumidores de los recursos marítimos y los países productores debe fortalecerse, poniendo especial énfasis en la justicia ambiental y humana. Esto puede ser que podemos construir un futuro más sostenible para Senegal y sus futuras generaciones.

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