** Dakar: organizaciones feministas sentadas para denunciar feminicidas en Senegal **
El sábado 31 de mayo de 2025, las organizaciones feministas y femeninas se reunieron en Dakar para una sentada que marcó una apelación urgente de acción ante la violencia persistente contra las mujeres. Esta manifestación fue atacada en torno al alarmante problema de las feminicidas, un eco trágico de una realidad que parece endurecerse en el país.
### Una observación inquietante
Las cifras presentadas por los grupos feministas son sorprendentes: desde enero de 2024, se han informado 196 casos de violaciones y asesinatos en Senegal. Esta reunión es responsable de crear conciencia pública sobre esta violencia que, según los organizadores, a menudo encuentran su origen en un ciclo de violencia familiar. Wasso Tounkara, presidente de «Senegal Action Feminist», subrayó la naturaleza atroz de estos crímenes, y agregó que estas mujeres fueron asesinadas «en un espacio que pensaron que eran las más seguras, es decir, en casa». Esta declaración plantea una pregunta esencial: ¿cómo hacer que las casas realmente fueran seguras para todas las mujeres?
### Un llamado a la acción legislativa
En respuesta a esta tragedia, una docena de organizaciones feministas han firmado un memorando que declara cambios concretos. Entre sus solicitudes están la modificación del código de familia y la aplicación de una ley específica contra las feminicidas. Estas iniciativas tienen como objetivo establecer un marco legal más protector y garantizar que los autores de dichos delitos sean responsables.
Anta Babacar Ngom, diputado de la oposición, también expresó su preocupación frente a la inacción de las autoridades. Evoca un silencio que comparten muchas voces y que corre el riesgo de continuar esta violencia. Como elección, destaca la importancia para que los parlamentarios continúen llevando estas preocupaciones dentro de la Asamblea Nacional. De hecho, el silencio frente a estas atrocidades podría sugerir una normalización inquietante de la violencia contra las mujeres en la sociedad senegalesa.
### Una respuesta social necesaria
Es crucial cuestionar cómo la sociedad puede evolucionar para proteger mejor a sus miembros más vulnerables. El estigma que a menudo rodea a las víctimas de la violencia doméstica hace que el diálogo sea aún más delicado. Muchas mujeres dudan en denunciar estos actos por miedo a las represalias, que no se crean, o se aislen socialmente. Esto plantea una pregunta: ¿cómo alentar una cultura de habla y apoyo en torno a las víctimas?
Al mismo tiempo, el desafío sigue siendo grande para las instituciones, que no solo deben comprender la complejidad de esta violencia, sino también trabajar en su prevención.. Esto podría pasar por una educación proactiva sobre el respeto por los derechos humanos y las relaciones saludables, especialmente en los círculos escolares donde los niños y los adolescentes comienzan a construir su visión mundial.
### Una movilización esencial
Esta sentada no fue solo una oportunidad para rendir homenaje a las víctimas, simbolizada por la presencia de un ataúd cubierto en una mortaja blanca, sino también para recordar que la lucha por los derechos de las mujeres está lejos de completarse. La movilización de las organizaciones feministas puede percibirse como un acto de resistencia, pero también como una invitación al diálogo y la reflexión colectiva.
Es imperativo que todos los interesados, ya sean funcionarios electos, líderes políticos y sociedad civil, se den cuenta de su papel. La lucha contra las mujeres y la violencia contra las mujeres requiere un enfoque colaborativo, donde se escuchan y respetan las voces de todas las mujeres.
### Conclusión
La sentada del 31 de mayo de 2025 en Dakar es el símbolo de una necesidad urgente de cambio y la resistencia colectiva frente a la indiferencia. Al unirse a sus voces, estas mujeres y estas organizaciones no solo requieren conciencia, sino también a acciones concretas y un compromiso duradero para poner fin a esta violencia. Es hora de transformar esta movilización en un mandato claro para la sociedad senegalesa: la violencia contra las mujeres debe detenerse, en todos los niveles. ¿Cómo entonces la comunidad y políticamente construyen un futuro donde cada mujer pueda sentir refugio, incluso en su propia casa? Esta es la pregunta que todos debemos tener en cuenta.