Cuando las bombas destrozaron la escuela al-Tabi’in en la Franja de Gaza, matando a 100 palestinos e hiriendo a decenas más, el horror golpeó. Entre las víctimas, la mayoría eran niños, mujeres y ancianos, civiles inocentes atrapados en un conflicto brutal y devastador.
Esta masacre provocó una ola de condena en los círculos árabes e internacionales. El comisario general de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini, expresó su indignación por este nuevo episodio de violencia. Dijo: “Otro día de horror en Gaza, después del bombardeo de otra escuela y la matanza de decenas de palestinos, entre ellos mujeres, niños y ancianos”.
Ante esta tragedia, Hamás llamó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a organizar una reunión de emergencia para poner fin a estas masacres y agresiones sionistas. Khalil al-Hayya, vicepresidente del Movimiento Hamás, destacó la crueldad de las autoridades de ocupación y denunció su objetivo de desplazamiento forzado de los habitantes de la Franja de Gaza.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul-Gheit, calificó la masacre de «acto cobarde», mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores saudita criticó el fracaso de la comunidad internacional a la hora de responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional y del derecho internacional humanitario.
La comunidad internacional debe actuar urgentemente para poner fin a esta espiral de violencia y atrocidades. La Gran Jequesa Al-Azhar Ahmed Al-Tayyeb condenó enérgicamente este brutal bombardeo, calificándolo de crimen insoportable. Hizo un llamado a los pueblos libres de todo el mundo para que ejerzan una presión continua sobre esta entidad terrorista para poner fin a sus crímenes y a los actos de genocidio que perpetra diariamente contra el pueblo de Palestina.
Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos, destacó que Israel, con armas estadounidenses y europeas, está exterminando a los palestinos de la manera más grande y vergonzosa en los campos de detención del siglo XXI.
Esta tragedia pone de relieve la urgencia de una acción colectiva por parte de la comunidad internacional para poner fin al sufrimiento del pueblo palestino y establecer una paz duradera en la región. Se debe condenar la pérdida de vidas y el sufrimiento y los responsables de estos actos deben ser llevados ante la justicia.